Opinión / Ensayos · 08/04/2024

Gobierno de Noboa en aprietos

Ecuador, que se avizoraba como un país en desarrollo pujante a partir de su ingreso al club de los países petroleros, ha sufrido en los últimos decenios, una  crisis institucional democrática, una crisis económica y el deterioro acelerado de su seguridad ciudadana que amenaza inclusive la funcionalidad y viabilidad del Estado Ecuatoriano.

El crimen organizado y el narcotráfico ecuatoriano es uno de los más violentos de América Latina, a la par solamente de las sangrientas mafias de Colombia y México.

Todo este cuadro se agrava con la llegada al poder del izquierdoso Rafael Correa, quien al abandonar el poder, dejó la deuda externa del país en cifras astronómicamente elevadas.

Los últimos gobiernos democráticos no han podido estabilizar el país, y apuntalar su desarrollo. Guillermo Lasso, y ahora Noboa, han naufragado más en una agenda de rivalidades partidarias que en impeler una agenda nacional. Hace poco el gobernante ecuatoriano ordenó la violación de la soberanía nacional mexicana para capturar a un delincuente sentenciado por la justicia ecuatoriana.

Podemos estar en desacuerdo ideológica y políticamente con cualquier gobierno o partido, pero la convivencia internacional exige el respeto sacrosanto de principios que garanticen la inviolabilidad de las delegaciones diplomáticas en país extranjero. No hablo entonces que si es justo  proteger delincuentes o favorecer fugitivos por ser del mismo signo ideológico. Me refiero que el paso de la Barbarie a la Civilización tiene un alto precio, y es la regulación de las relaciones internacionales, normas, principios e instituciones que deben ser respetados imperiosamente, so pena de alterar totalmente la convivencia de las naciones, y con ello comprometer la paz en el mundo.

Digo esto porque la violación a la soberanía mexicana con la intromisión a su embajada en Quito, debe ser comprendido a la luz de principios y no de fanatismo político, preferencia partidaria, deseos subjetivos o emociones descontroladas. Así que critico y repudio la alcahuetería del gobierno de México de proteger a un ex funcionario, con dos sentencias condenatorias y con dos juicios penales pendientes aún previos a la solicitud de asilo. Pero eso no justifica, ni debe justificar romper con un estatuto mundial, con un convenio internacional, con una tradición secular, de no mancillar la soberanía nacional de otro país, bajo el principio de extraterritorialidad de los inmuebles diplomáticos y la inmunidad diplomática de su personal.

La violación a esta norma internacional tiene su propia dinámica en el plano internacional, los organismos internacionales llevarán a sus estrados la discusión de este infausto suceso. Espero, por el bien de los pueblos ecuatorianos y mexicanos, que no evolucione hacia un mayor escalamiento de dicha crisis, ya que en el plano de las relaciones internacionales, después de romper relaciones diplomáticas entre países, lo que procede en su agravamiento es el ultimátum para reparar los daños y perjuicios irrogados, y después la declaratoria de guerra. Así de delicada y peligrosa puede tornarse dicha crisis.

Pero ciñéndome al título de este artículo, voy a referirme a lo interno de Ecuador, a una de las consecuencias políticas para el gobierno de Noboa, y me refiero al inminente cambio de correlación de fuerzas que permitió impulsar la agenda parlamentaria en el país.  La Asamblea Legislativa tiene 137 curules, y se necesitan 70 votos para la mayoría absoluta, y ninguna fuerza política cuenta con esa cantidad.  Hasta el día de hoy, el impulso de la agenda oficial estaba sustentada en una alianza política. Hoy es un hecho el aislamiento también interno que sufre el oficialismo, quien apuesta solamente a salir airoso el domingo 21 de abril,  en un próximo ejercicio electoral híbrido de Referéndum (5 preguntas) y Consulta Popular (6 preguntas) al mismo tiempo, y recibir de esta forma bocanadas de oxígeno en sus estertores.

Las nuevas circunstancias ha aislado totalmente al partido de Noboa, quien solo tiene 14 escaños. La primera fuerza parlamentaria es la Izquierdista Revolución Ciudadana de Rafael Correa con 52 votos, El Partido Construye, izquierda moderada, con 29 curules. El Partido Social Cristiano (conservador) tiene 18 diputados y hay 24 votos más repartido en 4 organizaciones minoritarias pero que en estos casos pueden representar el voto bisagra o el tiro de gracia que defina el futuro de Ecuador. Con solo las dos fuerzas izquierdistas, Construye y Revolución Ciudadana se sobre pasa la mayoría absoluta al consolidarse 76 votos, entendimiento que no es quimérico de cristalizarse.

Este Parlamento estaba en receso y regresa a sesionar el martes 9 de abril 2024.  Existe una gran expectativa del debate y votación del Congreso, sobre el tema de la invasión a la Embajada de México. Se rumora que hay fuertes negociaciones entre las principales fuerzas políticas parlamentarias para superar esta crisis y aislamiento internacional decretando la incapacidad para gobernar del presidente  Noboa, para darle el timón a su vicepresidenta Verónica Abad, y de esta manera allanar el camino más rápido y menos doloroso para recomponer las relaciones internacionales entre dos pueblos hermanos latinoamericanos y con la comunidad internacional en general que en último caso es la principal ofendida por la inobservancia a una norma obligatoria para todos los Estados.

Los otros escenarios que se muestran son de mayor costo para el pueblo ecuatoriano, quien al final es quien resentirá, injustamente, la decisión atrabiliaria y bárbara de un gobernante que está siendo mal asesorado en términos del derecho internacional. El irrespeto al principio de extraterritorialidad de las embajadas, amenaza la paz mundial, que de por sí, ya tiene tantos fuegos encendidos en otros continentes como para ponerle cereza al pastel. Apoyemos la paz mundial. Respetemos los tratados y convenios internacionales vigentes, que han sido suscritos y ratificados libremente por nuestras autoridades de turno.

DR. DANILO MARTINEZ

COORDINADOR GENERAL DEL MUD.