Opinión / Ensayos · 17/07/2023

Héroes del silencio

El imperante histórico por deshacerse de las dictaduras cobra fuerza, pero los tiempos cambian, y las personas debemos cambiar también; en estas luchas anti dictaduras los héroes y los mártires abundan, así mismo proliferan los paramilitares fanatizados, los soplones, los oportunistas y toda clase de embaucadores y delincuentes que, aprovechando las circunstancias, se convierten rápidamente en líderes políticos, exitosos empresarios y predicadores del cristianismo.

Reconocidos somocistas colaboraron con el triunfo del sandinismo, años después, consumados sandinistas colaboraron con la instauración de la imperfecta democracia, que fue facilitadora del retorno de un sandinismo restaurador, en grado superlativo, del funesto episodio histórico de la dictadura familiar; vidas y años gastados en fallidos e imposibles modelos políticos son irrecuperables, pero eso no quiere decir que las esperanzas y sueños se malgastaron, y los hechos lo demuestran. El conspirativo silencio de las mayorías, frente a una represiva maquinaria dictatorial que ha cerrado todo espacio de libertad, no es más que la expresión de la paciente espera reflexiva que, a partir de sus experiencias pasadas, construye en su imaginario, la patria deseada. Y el evidente fracaso del liderazgo político, constituye la catarsis, que debe conducirnos a la modelación de una clase política comprometida con la construcción socioeconómica y moral de la anhelada República, que no puede continuar postergada.

Debemos abandonar y condenar urgentemente, cualquier intento de linchamiento político en contra de todo aquel que apoye la necesidad de un cambio real, en la Nicaragua posible que la mayoría deseamos, pero también es necesario que personas con liderazgo político y protagonismos tangibles en las caídas de las dictaduras, abandonen sus consideraciones defensivas de todo aquello que hizo tanto daño a Nicaragua, pero que su memoria se resiste a abandonar el prisma de sus propias construcciones históricas.

La señora Dora María Téllez es una heroína a toda prueba, y eso no está en discusión, pero algunos de sus planteamientos – https://www.laprensani.com/2023/07/16/suplemento/la-prensa-domingo/3176373-dora-maria-tellez-discutir-si-era-bonita-o-fea-la-revolucion-no-resuelve-el-problema-actual-del-pais -, no abonan a ese cambio real que la sociedad demanda. Al referirse a la primera etapa de la dictadura sandinista, la cual por cierto la señora Téllez no tiene empacho en llamar “Revolución Sandinista”, asegurando que, “era un régimen en el que había reglas”, cualquier ciudadano que vivió en esa etapa puede desmentir ampliamente dicha afirmación; minimiza los abusos y crímenes contra el campesinado al afirmar que, “acciones de la revolución provocaron una resistencia en el campesinado”; manipula y confunde al lector la señora Téllez al indicar que, “la revolución termina en 1990”, y acto seguido rectifica, afirmando que, “probablemente haya terminado antes, en el momento en que se celebran las elecciones de 1984…porque ahí ya entramos en un proceso de institucionalización y de alternancia del poder político que da como resultado las elecciones del noventa y el cambio de gobierno”, miente la señora Téllez por partida triple, ya que es de todos sabido que las votaciones -no elecciones-, de 1984 sólo fueron una pantomima, que no hubo tal proceso de institucionalización, y mucho menos de alternancia del poder político, y que el cambio de gobierno del noventa respondió, además de la imposibilidad de derrotar militarmente a la Contra, al acuerdo del canciller soviético y del presidente de Estados Unidos de cortar toda ayuda económica y militar a los sandinistas, y que derivó en una fugaz visita del canciller soviético a tierras nicaragüenses para “cantarles la cartilla” a la dirigencia dictatorial sandinista.

Los héroes desde sus tumbas, guardan silencio; creo que eso debemos hacer la mayoría y evitar acusaciones precipitadas y nada constructivas, aplaudimos la posición de la señora Téllez al afirmar, “…cuando haya un proceso democrático hay que llevar a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad ante la justicia”, y para que no quepa duda de su acertada intención en ese sentido, también dice que, “…en democracia, quien tenga acusaciones contra alguien, que vaya a una Fiscalía”, aunque también la señora Téllez trata de minimizar cualquier crimen que no sea de lesa humanidad, aparentemente con la intención de calificarlos como no punibles; consideramos que lo ideal en el caso de los funcionarios que menciona por su nombre (Rafael Solís y Roberto Larios), y que podrían ser representativos de centenares de funcionarios del régimen, es que una vez en democracia sean puestos a la orden de autoridad competente, a fin de determinar su inocencia o culpabilidad.

Cierra su entrevista la señora Téllez haciendo una extraña apología del personaje conocido como Chino Enoc, quien expresó orgulloso y públicamente haber participado en la “Operación Limpieza”, pero ella insiste en su inocencia al afirmar, “que él es renco…tal vez si él hubiera estado bueno hubiera sido paramilitar”; no entendemos cómo una discapacidad parcial en un miembro inferior, impida disparar un fusil o dar órdenes de abrir fuego contra civiles desarmados; o al menos que la señora Téllez, con su buen sentido del humor, esté parafraseando al señor William Báez, quien fuera candidato a alcalde de Managua en las elecciones municipales del dos mil, y en un entrevista para el diario La Prensa (10/09/2000), dijo, “Ahora están de moda los rencos: doña Violeta renqueaba, el presidente Alemán renquea, yo renqueo, y Daniel renquea de la cabeza”.

Ezequiel Molina

Julio17, 2023