Opinión / Ensayos · 25/10/2023

Inversión China en Nicaragua: la nueva lógica global

Para una economía sostenida por la vía de remesas familiares, con una carga tributaria convertida en obstáculo para la inversión, una crónica situación de insostenibilidad política, y la evidente incapacidad gubernamental de diseñar una estrategia de desarrollo socioeconómico de mediano y largo plazo, 4 mil millones de dólares en inversión para el desarrollo de infraestructuras básicas, que ciertamente tienen décadas de retraso, podrían estar oxigenando la intención dinástica de la familia Ortega Murillo. Pero, considerando las condiciones objetivas de la dinámica económica global, la burbuja utópica en la que viaja la familia dictatorial podría evaporarse sin previo aviso. Veamos porqué.

El fenómeno de redistribución mundial del poder es un hecho real, Estados Unidos sigue siendo la primera potencia económica mundial, pero su abandono y fracaso político en América Latina ha reducido significativamente su hegemonía en la región, que aunado al desarrollo y expansión de la economía China, a la vez del manejo pragmático de su política exterior con las principales potencias económicas, alejándose de la conflictividad ideológica y de su retórica antiestadounidense, le ha traído resultados positivos en su posicionamiento en América Latina y particularmente en Centro América, donde ha logrado desplazar a Taiwán, que apenas logra mantener relaciones diplomáticas con Guatemala y Belice.

Seguramente China ve en Centro América a un aliado dentro de su estrategia global de posicionamiento geoeconómico, que le sirva de proveedor de materias primas, destino de inversiones en infraestructura y exportación de manufacturas, pero sobre todo, fomentar la multipolaridad que disminuya la presencia estadounidense y fortalezca su posicionamiento en la región en la esfera económica. La presencia China en las grandes economías de América Latina como Brasil, Argentina, Perú y Chile se ha conducido por la vía económica y comercial, y a pesar de seguir un patrón de relaciones neocoloniales, en donde los países latinoamericanos se convierten en proveedores de materias primas y mano de obra barata, a la vez que consumidores de sus manufacturas, también ha promovido relaciones económicas de complementariedad con estas economías, facilitando el acceso a tecnologías de punta y al desarrollo de nuevas industrias.

Dicho esto, Ortega y su desmedida verborrea servil, no parece encajar en la estrategia China para con Centro América, misma que demanda estabilidad sociopolítica y económica a largo plazo. Por ahora, hay algarabía en El Carmen, y entre Acuerdos de Cooperación y Memorándums de Entendimiento, se barajan varios billones de dólares, los que tendrán que pasar por estudios que garanticen su viabilidad financiera, económica y ambiental, entre otros, y es evidente que también se analizarán los factores de riesgo. Doble contra sencillo, el principal factor de riesgo a tomar en cuenta será el factor “Ortega-Murillo”. Que Pekín diga lo contrario.

Ezequiel Molina

Octubre 25, 2023