Opinión / Ensayos · 05/04/2023

¿Izquierda o Derecha?

En una escala global, el debate político continúa el rumbo equivocado, las valoraciones, acusaciones y argumentaciones de todo tipo van y vienen, para dar sustento a los planteamientos demostrativos de la mejor opción ideológica; una izquierda que promete un giro radical reivindicativo de las masas empobrecidas y una dirigencia política que jura transparencia a nivel celestial, la derecha promete más libertad, más democracia y un crecimiento económico que desparramará riqueza a escala del milagro bíblico de los peces y los panes.

Pero la realidad funciona de manera muy distinta, los hechos están a la vista, y las frustraciones abundan, pero los defensores de unos y otros siguen tratando de vendernos su modelo, muy a pesar de que los que mueven los hilos de ambos modelos se alinean en una sola vía: la concentración de la riqueza generada por millones de trabajadores, en unas pocas manos; los países democráticos y los comunistas así lo demuestran, y guardando sus diferencias, el resultado económico es similar. También hay que decir que en el plano del ejercicio del poder es donde las diferencias se tornan dramáticas. No es lo mismo la Rusia putiniana, eminentemente autocrática, represiva y con un exacerbado culto a la personalidad, que Estados Unidos, donde hoy está Biden, pero seguramente, en poco tiempo, será otro presidente, que posiblemente será igualmente incapaz de lidiar con el fenómeno migratorio global, las muertes masivas de escolares a manos de sicópatas armados por un modelo que considera un derecho inalienable la posesión de armas de guerra.

Dicho esto, las soluciones no están basadas en posicionamientos ideológicos, requerimos soluciones prácticas, basadas en las conveniencias del país, en sus potencialidades y sobre todo en la máxima reducción posible de propuestas que pretendan reavivar lo que ya fracasó. Demandamos administradores de la cosa pública que muestren conocimiento técnico, entereza ética y compromiso ciudadano; requerimos articular un modelo de justicia que a la vez que promueva la igualdad frente a la ley, sea implacable con quien la erosione; necesitamos urgentemente convencernos que el país es de todos y para todos, y que cada vez que hacemos algo para beneficiar a un grupo en detrimento de otro, estamos diseñando la arquitectura equivocada.

Después de siglos de experiencias fallidas, de ser cancha de juego de potencias extranjeras, de ser víctimas de asesinos creados y alimentados por nuestra propia voluntad, nos hacemos la pregunta obligada: ¿será que podemos superar ese persistente modelo de comportamiento que nos ha llevado a este repetitivo extremo? La respuesta está aquí y ahora, depende de nosotros y de nadie más.

Ezequiel Molina

Abril 5, 2023