La sociedad nicaragüense no debe esperar que la dictadura perpetre el último crimen para iniciar un proceso de paz con justicia, la destrucción que dejará la dictadura será profunda; dinamitar la moral de la sociedad y subvertir el orden institucional del Estado por más de medio siglo no es para menos, por tanto la búsqueda de la justicia a futuro no puede, ni debe verse a la ligera, ello implica no dejar nada al vaivén de los eventos, provocados o casuales, que promuevan la peregrina idea de que no hay que “abrir viejas heridas”, porque veladamente eso tratará de encubrir a hechores, oportunistas y cómplices de los crímenes cometidos durante buena parte de la historia reciente.
Evadir la impronta heredada de dos dictaduras, una pro yanqui y otra pro soviética, más un impasse transitorio de una democracia plagada por la corrupción, atacada por la violencia sandinista “desde abajo” y la contraproducente “terapia” económica del Consenso de Washington, nos obliga a replantearnos como sociedad, cuáles deben ser los pasos correctos que nos conduzcan al camino de la paz duradera, la democracia y la prosperidad y que eviten, una vez finalizado este tercer episodio dictatorial, repetir los errores del pasado.
Nicaragua merece abrirse paso investida de la inmensa experiencia proporcionada por el dolor de las pérdidas humanas, y el reconocimiento franco de los fallidos pasos que nos llevaron a la condición actual; para esto la búsqueda de justicia es crucial, y las diversas experiencias en diferentes países del mundo, sufrientes de violencia en sus variadas expresiones, muestran que la Justicia Transicional es el paradigma en construcción más efectivo para acompañar el paso de un régimen dictatorial a otro momento político basado en justicia y libertad; el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, define la Justicia Transicional, “como el tipo de arreglos judiciales y extrajudiciales que facilitan y permiten la transición de un régimen autoritario a una democracia o de una situación de guerra a una de paz, la justicia transicional busca aclarar la identidad y los destinos de las víctimas y los victimarios, establece los hechos relacionados con las violaciones de derechos humanos en situaciones de autoritarismo y/o conflicto amado y diseñar las formas en las que una sociedad abordará los crímenes perpetrados y las necesidades de reparación”.
Todos deseamos lo mejor para Nicaragua, pero sabemos que no todo lo mejor será posible, eso nos obliga a todos por igual, a dar nuestro mejor esfuerzo para hacer realidad una Nicaragua donde se respire paz y libertad, y la búsqueda de la justicia sea el bálsamo que nos de el sosiego que tanto necesitamos.
Ezequiel Molina
Febrero 14, 2024