Por Félix Maradiaga | Fundación Libertad
Guardo una especial gratitud hacia el pueblo y gobierno de Costa Rica, quienes han sido un territorio de acogida para cientos de miles de hermanos del pueblo de Nicaragua, forzados al exilio, especialmente desde el año 2018. Sabemos que tanto el exilio como la migración masiva de nicaragüenses son situaciones complejas causadas por la dictadura sandinista de los Ortega.
Recientemente, tuve conversaciones en la ciudad de San José con funcionarios del gobierno de Costa Rica, y les expresé mi agradecimiento. Abordamos este y otros temas de mutuo interés. He reiterado que la única solución a largo plazo es la salida definitiva de la dictadura de Ortega, la cual representa un problema de inestabilidad para toda la región. Nadie abandonaría su hogar y su país si su libertad y su vida no estuvieran en riesgo.
Más del 220 mil nicaragüenses desde el 2018 han solicitado refugio en Costa Rica. Menos del 6% de los solicitantes ha recibido aprobación de parte de la Unidad de Refugio de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME). A la crisis humanitaria de hermanos nicaragüenses forzados al exilio, se suman decenas de miles de migrantes de diferentes nacionalidades que atraviesan Centroamérica rumbo a Estados Unidos. No dudamos de que existe una crisis migratoria. Sin embargo, el caso nicaragüense es muy diferente y existe amplia evidencia de que los nicaragüenses contribuyen enormemente a la economía de Costa Rica.
Por esa razón, considero desacertado y además rechazo toda afirmación que insinúe que los hermanos nicaragüenses son una carga para la economía de Costa Rica. Es fundamental que la responsabilidad del exilio masivo se le señale de forma inequívoca al único responsable: la dictadura. Cualquier otra afirmación es una distracción.
Continuaremos manteniendo un acercamiento respetuoso con el hermano pueblo y gobierno de Costa Rica, para abordar, siempre que sea posible, los temas de interés mutuo, especialmente nuestra constante solicitud de flexibilizar los trámites de regulación migratoria para los nicaragüenses. Además, en cada oportunidad posible, también hemos solicitado a la comunidad internacional que brinde más solidaridad y apoyo material a Costa Rica para atender esta crisis humanitaria. Una crisis causada por la dictadura de Ortega, a quien se debe atribuir toda la responsabilidad. Las personas forzadas al exilio son víctimas y, en cambio, deben ser protegidas.