Nacionales · 13/09/2021

Mons. Álvarez: “Esta pandemia no es voluntad de Dios, esta pandemia es producto del mal uso de la libertad humana”

El obispo Rolando Álvarez, culpó este domingo de la pandemia del COVID-19 al “mal uso de la libertad humana”, en referencia a las decisiones de las personas sobre si cuidarse o no de la enfermedad, reportó EFE.

“Esta pandemia no es voluntad de Dios, esta pandemia es producto del mal uso de la libertad humana”, afirmó Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, durante su misa dominical.

El clérigo afirmó que la pandemia “está azotando a Nicaragua de una forma insospechable, impensable, inimaginable, en el dolor y el sufrimiento de cientos de miles de contagiados que hay en nuestra patria, algunos sobrepoblando los hospitales, y otros tantos padeciendo en el anonimato (…), todos padeciendo también la soledad, el silencio de la cruz, que traspasa el corazón de verse impotentes, incapaces, ante este virus terrible, traicionero y mortal”.

Los datos oficiales contrastan con los de la red de médicos del Observatorio Ciudadano COVID-19, que ha reportado 25.156 casos sospechosos de covid-19, así como 4.531 muertes por neumonía y otros síntomas de la pandemia, con un incremento de contagios del 61 % en la última semana.

Álvarez también se refirió a las acusaciones contra los religiosos, al señalar que “la iglesia (Católica) muchas veces es vilipendiada, señalada, acusada, calumniada (…), ha querido ser llevada a las plazas públicas para morir apedreada, ante un grupo de masas que son enfervorizadas en el fanatismo, gritan como aquella gente de esos tiempos ante Cristo y Barrabás: ¡Suelten a Barrabás!, y a Cristo dicen: ¡Crucifícale, preferimos a Barrabás!”.

“Esta iglesia debe recorrer ese camino, en la historia lo hemos recorrido, no es nuevo, no es de ahora, es de siempre, ese es uno de los signos más evidentes de que esta es la iglesia de Cristo”, agregó.

La Iglesia Católica reportó la muerte de al menos cuatro sacerdotes a causa de COVID-19 en agosto pasado, y de un total de 14 desde marzo de 2020, cuando la pandemia fue detectada en Nicaragua, un país de mayoría católica.