Unas 90 oenegés han sido clausuradas en Nicaragua en los últimos meses. Muchas de ellas estaban enfocadas en los derechos humanos, investigaciones económicas, reforzamiento a estudiantes y promoción del pensamiento crítico.
Diana Valdivia aparece en unas imágenes grabadas ordeñando vacas en una finca que produce quesos y otros derivados lácteos. Su aparición forma parte de un video que promueve la labor del Movimiento María Elena Cuadra (MEC), una de varias oenegés cuyas personería jurídicas fueron canceladas esta semana en Nicaragua.
En los primeros dos meses del año, otras 30 oenegés fueron canceladas en la nación, que ha sido colocada entre las naciones con regímenes “autoritarios” junto a Cuba y Venezuela, según el reporte de 2021 de The Economist.
“Para mí ha sido de gran importancia estar en el María Elena Cuadra estos tres años. Todo esto me ha llevado a un mejoramiento de mi autoestima. Con toda esa autoestima elevada me he sentido empoderada y he impulsado a otras mujeres”, explica Valdivia en el video institucional.
El cierre de esta oenegé dejó, en principio, a unas 30 desempleadas. ¿Qué tarea tienen? Empoderar a las mujeres en Nicaragua, explican. Pero el asedio policial había comenzado antes. En 2020 la sede fue rodeada por la Policía Orteguista.
¿A qué se dedican?
Este movimiento promete: promover la participación de las mujeres trabajadoras y desempleadas en todas las esferas sociales, económicas, políticas, gremiales, y propias de mujeres; potenciar la participación plena e integral como sector productivo, organizado y económico de la sociedad e impulsar la formación de dirigentes femeninas de cara a los intereses particulares de las mujeres.
Además trabajan en la creación y sostenimiento de programas sociales de apoyo que contribuyan al mejoramiento de las condiciones económicos y sociales de las mujeres y sus núcleos familiares y en promover la educación de las mujeres organizadas en el MEC en Salud, Seguridad Ocupacional, así como en salud y el medio ambiente.
El cierre de esta organización ha sido un golpe fuerte para la sociedad civil, que pierde otro espacio independiente donde refugiarse, aseguran beneficiadas con los programas.
Otras, creen que nada las callará.
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“Un golpe a las mujeres”
Sandra Ramos, fundadora del Movimiento María Elena Cuadra, comenta con nostalgia a Voz de América que la organización cumpliría el 7 de mayo sus 28 años de existencia y calcula que anualmente se atendían a unas 1.500 mujeres en todos los programas que tenían, como atención y acompañamiento jurídico en caso de presentar una denuncia, o bien para recibir apoyo psicológico.
Mujeres que interponían demandas de pensión alimenticia eran asistidas, así como víctimas y sobrevivientes de violencia.
Su cierre “es un golpe a las mujeres”, dijo Ramos. “Quedan indefensas aquellas que acudían a nuestra oficinas a solicitar apoyo”. Sin embargo, se resiste a dejar de trabajar en la defensa de los derechos de las mujeres e indica que aún sin oficina lo seguirá haciendo de forma gratuita.
El María Elena Cuadra es una de las organizaciones canceladas en Nicaragua en los últimos años desde que Daniel Ortega inició una guerra en contra las oenegés.
Hasta la fecha se han clausurado unas 90 oenegés, muchas de ellas enfocadas en los derechos humanos, investigaciones económicas, reforzamiento a estudiantes y promoción del pensamiento crítico.
El régimen, ha dicho que gran parte de las oenegés se encontraban acéfalas y sin una documentación requerida para seguir operando.
A otras se les señala de no haberse inscrito como Agente Extranjero, como lo establece una Ley aprobada en 2020 que buscaba criminalizar la cooperación internacional, según los expertos.
Los cierres no solo ha dejado en el limbo a mujeres, sino también a estudiantes tras desaparecer varias universidades, y también a personas que sufren violaciones de derechos humanos.
Por ejemplo, desde 2018 se cerró una de las más importantes organizaciones de derechos humanos, el CENIDH, que ahora opera en clandestinidad. También esta semana se canceló la ANPDH, que organización dedicada a la defensa de los derechos humanos.
“Llevamos varios años de la ilegal cancelación de la personería jurídica y del despojo y robo vulgar de nuestras instalaciones, ejecutado por la Policía, con orden del Ministerio de Gobernación. Esta situación nos ha llevado a condiciones precarias (…) aun así no hemos dejado de trabajar en ningún momento impulsando y defendiendo los derechos humanos”, declaró a la VOA la activista de derechos humanos Vilma Núñez de Escorcia.
Solo queda una organización de este tipo en pie, pero también ha denunciado obstáculos para que se le permita una función legal.
¿Qué pretende este cierre masivo de oenegés?
La socióloga y feminista María Teresa Blandón tiene una idea clara sobre lo que considera como objetivos detrás de estos cierres.
“¿Qué es lo que realmente le incomoda al régimen Ortega-Murillo? Bueno, que sean organizaciones que trabajen de manera autónoma, que no dependan del Gobierno, que no se deban tampoco a los lineamientos y a los intereses políticos del Gobierno”, dijo.
Señala que el movimiento de mujeres María Elena Cuadras viene trabajando desde 1994 con obreras de la maquila. “Son realmente una organización pionera” insiste Blandón.
“Es la única organización en Nicaragua que se ha dedicado por casi tres décadas a promover, a defender los derechos de las mujeres trabajadoras de zonas francas. Incluso ya en los últimos tiempos también ha trabajado con mujeres desempleadas y con mujeres rurales. Su trabajo habla de sobra por sí mismo”.
“El régimen demuestra que no tiene ningún compromiso con los derechos de las trabajadoras, de las mujeres de los sectores más pobres, y que su discurso de equidad de género es falso”, dijo Blandón acerca de la cancelación de la organización.
*Foto destacada cortesía