Para el economista y analista político Francisco Larios, la rebelión y denuncia de exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, es la clara evidencia que un proceso de implosión está dándose dentro del régimen Ortega-Murillo en Nicaragua.
El miércoles, durante una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), McFields dijo tomar la palabra “en nombre de los miles de servidores públicos de todos los niveles, civiles y militares, de aquellos que hoy son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir a llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo”.
“Quiero decirles que la gente de adentro… y la de afuera está cansada, cansada de la dictadura y de sus acciones, y cada vez van a ser más lo que digan basta”, afirmó McFields.
Larios sostuvo en entrevista con La Mesa Redonda que lo que se observa en este momento “son síntomas de ese fenómeno que se llama implosión”.
“Ese fenómeno físico parece también el que ocurre en la política, una revisión de todas las revoluciones y derrocamientos de regímenes indica que hay un momento de implosión porque la presión externa hace que se empiece a fracturar por dentro ese poder. Esa implosión pareciera estarse dando dentro del régimen en Nicaragua, porque no es banal que alguien como Arturo McFields renuncie y denuncie al régimen. No estamos hablando de un funcionario de segundo nivel, estamos hablando de alguien que está en el centro y en la altura del poder del Estado en Nicaragua”, consideró.
“Este hombre estaba tan cerca cómo se puede estar y tan alto cómo se puede estar dentro de ese Estado despótico, y que se sienta el señor McFields inclinado a tomar la acción que tomó, indica que en la cabeza de una persona pensante beneficios y riesgos ya no son discutibles, y vale la pena dar el paso y decir ‘¡hasta aquí! No doy más, ya no puedo’. Estamos llegando a un punto en la que va haber gente que diga ‘yo muero con las botas puestas con este régimen’. Hay que reconocer en la denuncia de McFields un acto que evidencia un proceso de implosión, todavía incompleto”, aseveró.
“RETIROS” DENTRO DEL EJÉRCITO SON “PURGAS”
Por otro lado, a juicio de Larios, el reciente anuncio del régimen sobre que 41 militares del Ejército pasaron a la “condición de retiro”, es realmente una “purga” por parte de la dictadura.
“Vamos ahora a la palabra purga que aumenta la percepción de implosión, porque esto es una purga, hay sospechas dentro del Ejército de descontento”, afirmó el analista.
El Jefe del Ejército, Julio César Avilés pasó ayer a “retiro” al General de Brigada, Genaro Rosendo Betanco Romero, a 13 coroneles, a 11 tenientes coroneles, a 2 capitanes de fragata, a 13 mayores y a 1 Capitán.
Larios apuntó que “no nos asustemos si de repente alguno de estos que acaban de ser ‘gloriosamente pasados a retiro’ aparecer muertos, o desaparecen, o se asilan, o presos; esto es una purga y las purgas responden a miedos y a información porque es un grupo numeroso de oficiales”, advirtió.
Para el analista el proceso de implosión dentro del régimen Ortega Murillo “hay que empujarlo”, tomando en cuenta que “en la historia de la humanidad ningún régimen puede sostenerse sin eso que hoy en día llamamos legitimidad. Este es un régimen muerto que está ahí para caer, pero que hay que botar”.
“Esto hay que empujarlo, hay que empujar la implosión con organización para la lucha, no pensando en maniobras electorales ni de tendido electoral, sino de células, porque eventualmente tarde o temprano lo que va a proteger la vida de la población es que la acción sea masiva y colectiva, y derribar esa cascarón de poder que es menos fuerte de lo que parece”, apostilló.