La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos presentó este jueves 20 de junio, un informe alarmante sobre los desafíos que enfrenta la libertad religiosa en América Latina, centrado especialmente en los casos de Nicaragua y México.
Según el informe titulado “Desafíos a la libertad religiosa en América Latina: los casos de México y Nicaragua, junio de 2024”, la región está experimentando una creciente amenaza a la libertad religiosa, y que “México y Nicaragua son ejemplos de cómo un grupo religioso –en este caso la Iglesia católica (aunque no exclusivamente)– puede ser amenazado por gobiernos y sindicatos criminales por acciones de conciencia en apoyo de las doctrinas católicas de justicia social”.
En el caso de Nicaragua apunta que desde 2018, la situación para la Iglesia es difícil debido a la “tiranía gubernamental, los abusos de poder y la represión violenta” de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
“Debido al apoyo de la Iglesia a las manifestaciones de la sociedad civil, las iglesias, así como los sacerdotes y religiosos, fueron brutalmente atacados con fuerza letal. Decenas de sacerdotes y tres obispos han sido exiliados, así como cientos de hombres y mujeres laicos por oponerse al gobierno sandinista cada vez más dictatorial”, reza el informe.
Los obispos estadounidenses destacan el caso de monseñor Silvio Báez, que vive en el exilio desde 2019, tras amenazas creíbles contra su vida. También mencionan al obispo Rolando Álvarez de Matagalpa que “soportó más de un año de brutal confinamiento antes de ser exiliado a Roma junto con otros sacerdotes en enero de 2024”.
BUSCAN ESTABLECER UNA IGLESIA PARALELA
Añaden que “a diferencia de otros movimientos de izquierda que llegaron al poder durante la Guerra Fría, los sandinistas consistentemente no han buscado destruir la religión, sino apropiarse de ella para servir a los objetivos políticos de los revolucionarios”.
“Este objetivo se ha perseguido de varias maneras, incluido el intento de establecer una ‘iglesia paralela’, así como el intento activo de intimidar a los líderes de la iglesia para que se sometan y empoderar a aquellos con tendencias o inclinaciones más aduladoras”, afirmaron.
Los obispos también señalan que “sólo una pequeña minoría de iglesias evangélicas apoya” al dictador Daniel Ortega.
“Además, la razón por la cual los católicos, así como los cristianos evangélicos y los líderes religiosos están siendo perseguidos es por su predicación de las doctrinas de justicia social inherentes a la fe que poseen. Es el evangelio y el desafío que representan a su autoridad total lo que el régimen de Ortega busca silenciar”, concluyeron.
