La ciudadana rusa Elis Leonidovna Gonn, quien en diciembre de 2018 le arrojó ácido sulfúrico al sacerdote Mario de Jesús Guevara Calero, vicario de la Catedral Metropolitana de Managua, intentó volver a Nicaragua el martes 25 de junio, según ella para que nuevamente la apresaran por el crimen que cometió y que quedó en la impunidad.
En su cuenta de Facebook, Gonn quien se encontraba viviendo en Nápoles, Italia, contó que se encontraba en la frontera de Honduras con Nicaragua y que intentaría cruzar para entregarse a la Policía Orteguista.
“Voy a decirles que me arresten porque yo cometí un crimen y que como criminal tengo derecho de estar en la cárcel”, dijo Gonn a través de un video.
Horas después informó que las autoridades de Nicaragua no le permitieron entrar al país y que fue regresada a Honduras. Según la mujer rusa, buscaba estar realmente presa a como falsamente afirma la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“No me dejaron entrar a Nicaragua. Yo les dije en la frontera que ellos me tienen que echar presa. Pero ellos me regresaron con la fuerza a Honduras. No es justo!!! Las autoridades nicaragüenses nunca me dieron la carta de libertad, ellos nunca me deportaron oficialmente, me liberaron en secreto (contra mi voluntad) y mintieron a los medios de comunicación diciendo que yo sigo presa. Entonces si están diciendo que soy presa, que me regresen a la cárcel! O que me den la carta de libertad!!!”, escribió Gonn en la red social.
Por el crimen contra el sacerdote Guevara, Elis Gonn había sido condenada a 8 años de prisión en Nicaragua, pero solo estuvo 8 meses detenida. La dictadura la liberó en agosto de 2017 y la envió a Rusia, según asegura “sedada” y en contra de su voluntad, pues ella asevera que prefería estar presa en Nicaragua, que estar libre y lejos de la figura que idealizaba: Rosario Murillo.
Y es que Gonn aseguró recientemente haber estado “enamorada” de Rosario Murillo y que por ese amor no correspondido, intentó dañar la “reputación” del régimen al atacar al sacerdote Mario Guevara.
La dictadura siempre negó la liberación de Gonn y afirmó que estaba presa en la cárcel de mujeres ‘La Esperanza’.
Sin embargo, ella misma contó que estuvo presa y luego trasladada al hospital psiquiátrico, debido al “bipolarismo” y a que intentó suicidarse tomando repelente para mosquitos.
“Un día vino el cónsul a decirme que estaba libre, pero que tenía que regresar a Rusia al día siguiente. Lloré. Supe que, entonces, todo realmente había terminado… Me subieron al avión después de sedarme fuertemente”, relató Gonn en un escrito publicado en su cuenta de Facebook.