La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, llamó el martes de “malos” o “forajidos” a los religiosos y opositores nicaragüenses a los que les privó de su nacionalidad, de sus bienes y de sus derechos políticos.
En su acostumbrada alocución, Murillo tildó a los opositores y críticos de “malos”, “pillos”, “delincuentes”, “forajidos”, “perdedores”, “fracasados”, y a los sacerdotes de “disfrazarse de religiosos” y de “malvados”.
La dictadura Ortega-Murillo ha retirado la nacionalidad a 317 nicaragüenses críticos con el régimen de Ortega y Murillo.
“Ahí están los malos, los pillos, los delincuentes, los forajidos de siempre. Ahí están siempre hablando mal, siempre perdidos, porque lucen perdidos. Siempre perdedores, además, porque son perdedores. Siempre fracasados, además, porque han fracasado en el intento de doblegar a este pueblo grande que ni se vende, ni se rinde jamás”, comentó Murillo.
La mujer de Ortega sugirió que aquellos que no se sienten orgullosos de la historia y de la resistencia de Nicaragua, carecen de patria y son considerados apátridas.
“El que no se sienta orgulloso de lo que hemos hecho a lo largo de nuestra historia, de cómo hemos resistido para vencer, no tiene patria. Por eso hay algunos apátridas, porque no tienen patria”, lanzó.
“Imagínense, blasfemar de uno mismo, de su sangre, de su nervio, de su raíz. ¡Blasfemos!, ¡apátridas! Ahí están siempre deseando el mal”, cuestionó.
Murillo aseguró que a su régimen no le llega la maldad, porque “el mal está, gracias a Dios, desterrado de esta patria” en todas sus modalidades.
“Incluso aquellos que se disfrazaban de religiosos, porque un religioso no puede ser malvado. Aquí hemos conocido verdaderos malvados, disfrazados de religiosos, pero a nadie engañan”, añadió.
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