La Concertación Democrática Nicaragüense (CDN-Monteverde) sostuvo este jueves que a 45 años de la Revolución Sandinista, Nicaragua se encuentra sumida en una profunda crisis de autoritarismo bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Lo que comenzó en 1979 como una promesa de libertad, justicia social y paz, ha derivado en un sombrío capítulo de represión y desolación para los nicaragüenses. Por ello, Monteverde afirma que “el 19 de julio de 1979, es una fecha superada por la historia”, y que “no podemos permitir que haya otro 19 de julio”.
Monteverde, que integra a opositores y exiliados nicaragüenses, reflexiona sobre cómo los ideales iniciales de la revolución fueron traicionados por un régimen que adoptó una agenda marxista-leninista, negando las libertades civiles y económicas.
“Desde que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) asumió el poder implantó una agenda de corte marxista leninista, completamente opuesta a la oferta democrática que prometió inicialmente. Mantuvo a los nicaragüenses sometidos a la voluntad del Estado-partido; anuló las libertades cívicas y económicas; se alineó completamente al totalitarismo de Cuba y de la Unión Soviética, declaró a Estados Unidos, ‘enemigo de la humanidad’, y se empeñó en extender la revolución al resto de Centro América”, reza un comunicado de Monteverde.
Los opositores también señalan que la dictadura Ortega-Murillo “destruyó el tejido empresarial y productivo del país produciendo una crisis económica sin precedentes que acabó con la clase media, envió al exilio a unos 200 mil nicaragüenses, y empujó a miles de campesinos a unirse a la Resistencia Nicaragüense, conocida como “la Contra”, que recibió armas de Estados Unidos, con el fin de contener el expansionismo soviético en la región. El país se sumergió entonces en otra guerra civil que acabó con la vida de miles de jóvenes reclutados para el Servicio Militar por la Seguridad del Estado”.
“El esfuerzo por reconstruir el país en libertad duró solo 16 años. En 2007 el FSLN retomó el poder e inició un proceso de captura del Estado que hoy tiene al país sometido al más brutal autoritarismo con el que la familia Ortega-Murillo pretende instaurar una dinastía”, apuntó.
Monteverde subrayó la necesidad urgente de aprender de los errores del pasado y de asegurar que cualquier liderazgo futuro en Nicaragua esté comprometido con la restauración de una democracia genuina y el respeto absoluto a los derechos humanos en todas sus formas.
“Para la CDN-Monteverde es vital no repetir estos errores, por tanto, considera fundamental que el liderazgo que asuma la reconstrucción de la Nicaragua post Ortega esté genuinamente comprometido con los principios e ideales de la más amplia libertad en todos los órdenes: político, económico, religioso, ideológico, social, con la defensa innegociable de la dignidad de la vida y los derechos humanos. No podemos permitir que haya otro 19 de julio”, señaló.
“El somocismo y el sandinismo deben ser capítulos cerrados de nuestra historia. El nuevo reto será enfocarnos en construir la República democrática, libre y próspera, que siempre hemos soñado”, concluyó.
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