Artistas nicaragüenses en el exilio, aglutinados en la Asociación Intercultural de Derechos Humanos (Asidehu), demandaron este martes la liberación de los al menos 147 opositores y críticos con el régimen de Daniel Ortega que se encuentran encarcelados en Nicaragua.
La demanda fue realizada durante un encuentro cultural virtual, denominado “Cuerpo. Voz. Palabra”, en donde los organizadores, con música, danza y poesía, levantaron la voz por la liberación de los presos políticos, principalmente de los artistas nicaragüenses apresados por el régimen sandinista.
El presidente de la Asidehu, Jhoswel Antonio Martínez, explicó a EFE que el acto cultural fue organizado en su origen “para protestar, desde el arte, en exigencia de la liberación de las personas presas políticas, inspirado por la desaparición y altísima probabilidad de prisión política de Fabiola Tercero, quien es periodista nicaragüense, artista y promotora de la cultura a través de la lectura”.
Organizaciones de derechos humanos y de las mujeres en Nicaragua denunciaron el sábado pasado la desaparición de la periodista y feminista Tercero, después de que la Policía allanara su casa en Managua hace más de una semana.
Según el presidente de la Asidehu, además de Tercero, existen otros artistas guardando prisión en Nicaragua por criticar al régimen sandinista, por lo que la actividad es “como una protesta para pedir la liberación de personas artistas presas políticas y, por supuesto, todas las demás personas que cumplen prisión injusta por el régimen de Ortega y Murillo”.
En la actividad se presentaron diversos actos culturales, palabras de artistas y amigos de la periodista Tercero, canto, poesía, baile, y se leyeron proclamas elaboradas por activistas y defensores de derechos humanos.
El encuentro cultural fue organizado por Asidehu, y contó con el apoyo del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, y de los organismos Ciudadanic y Macuto.
Según Asidehu, con sede en Costa Rica, no programaron la actividad para una sesión presencial pública “por el temor que existe de represalias por parte del régimen, pues sabemos que hay muchas personas que hemos sido víctimas de la represión extrafronteriza”.
“Es decir, que aún estando fuera de Nicaragua nos siguen amenazando, persiguiendo y reprimiendo de alguna manera. Entonces, para evitar amenazas se consideró ejecutar esta actividad programada de último momento como algo clandestino”, sostuvo Martínez.
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