Opinión / Ensayos · 13/05/2020

Nicaragua de nuevo en agenda, ahora por Covid-19 – Luis Felipe Palacios

El Comité de Exteriores del Senado estadounidense votará mañana una resolución en la que, posiblemente, den luz verde a Donald Trump para que aumente la presión política y económica sobre el Gobierno de Daniel Ortega.No se descarta, además, que en esa resolución, patrocinada por republicanos y demócratas, se incluya una enmienda sobre el controvertido manejo que el Gobierno de Nicaragua ha dado a la pandemia del coronavirus SARS-coV-2, que causa el padecimiento del COVID-19, en la que se aprovechará para pedir más sanciones contra familiares y allegados de Ortega.Nicaragua ha vuelto a la agenda mediática internacional desde que el Gobierno convocó a marchar en «Amor en tiempos de COVID-19» y a organizar festivales veraniegos, en medio de la pandemia.

Nicaragua es uno de los pocos países que aún no ha cerrado sus fronteras, no ha suspendido las clases presenciales, no ha declarado cuarentena total o parcial, sigue promoviendo actividades deportivas y de entretenimiento, así como aglomeraciones.La semana pasada la Unión Europea y el Reino Unido anunciaron por separado la imposición de sanciones a dos asesores de Ortega y a cuatro jefes policiales, entre ellos a un consuegro del mandatario, por las graves violaciones a los derechos humanos en el marco del estallido social de abril de 2018.Ortega, que no desaprovecha foros internacionales para denunciar lo que considera agresiones y pedir suspendan esos castigos, se ha mostrado especialmente vulnerable a las sanciones, sobretodo las que afectan a sus hijos, sus bolsillos y a sus allegados.Hay quienes creen que Ortega ha empezado una desescalada para evitar más sanciones.

Ayer, después de siete días de silencio oficial sobre la situación del coronavirus, y la publicación de entierros rápidos nocturnos con ataúd sellados, volvió a rendir un informe en el que reconoce el aumento de casos, de muertes, y brotes.Hoy excarceló a 2.185 reos, incluyendo ancianos con enfermedades crónicas, un día después de que un «preso político» con supuestos síntomas de COVID-19, que había sido reportado como desaparecido desde el sábado, fue encontrado intubado en un hospital estatal.El Estado también ha comenzado a promover el distanciamiento social, el lavado de manos con agua y jabón, y el uso de mascarillas (antes decían era la señal oficial de los puchos golpistas).

En los colegios públicos se decidió dar una guía de estudios a los estudiantes que no estaban asistiendo, porque de lo contrario el porcentaje de reprobados y de ausentismo sería descomunal.Algunas instituciones del Estado han otorgado un permiso especial a los trabajadores mayores de 55 años y a los que padecen enfermedades crónicas (eso debería aplicar también para el sector privado).Ortega, que ha minimizado la pandemia y hasta implícitamente la comparó con la «tos chifladora», no ha podido conseguir suficientes recursos frescos de los organismos internacionales y, contra toda lógica, su esposa, Rosario Murillo, ha insultado a los médicos que han alertado sobre el covid-19, a quienes ha tildado de «cerebros deformes».Acostumbrado a utilizar fechas simbólicas, no es de descartar que Ortega haga anuncios el 18 de mayo, día en que se conmemorará el 125 aniversario del natalicio de Sandino.

A lo mejor no es muy tarde, porque a como han advertido los médicos, todas las medidas el gobierno debió decretarlas para ayer.O quizás recibe una sorpresa, como la que le dio la UE el 4 de mayo, Día de la Dignidad Nacional, mientras los nicaragüenses, por iniciativa propia, siguen protegiéndose del coronavirus en estas dos o tres semanas que, según los especialistas, serán claves en el pico del covid-19.