En camino hacia las elecciones generales de noviembre, los nicaragüenses deberán decidir si mantienen el poder al dictador Daniel Ortega o eligen a un nuevo gobierno que asuma las riendas de una nación que acumula tres años consecutivos de seria crisis económica y social.
Sin embargo, las esperanzas de cambio se mantienen frenadas ante la incapacidad de la oposición de unirse en un solo bloque que ofrezca una legítima contienda en las urnas al régimen Daniel Ortega.
Carlos Tünnermann, que integra la Comisión de Buena Voluntad que busca unir a los opositores, considera que la tarea es de urgencia.
“La unidad en este momento es un imperativo ético y patriótico; estar fomentando la división es hacerle el juego a Ortega. Yo espero que esa actitud cambie, que el clamor nacional en Nicaragua es que haya unidad en la oposición”, dijo Tünnermann a la Voz de América.
La Coalición Nacional, uno de los dos bloques opositores en el país, ofreció un nuevo acercamiento a la Alianza Ciudadana, que se niega a negociar en términos de discusiones entre ambas organizaciones, a través del Partido Restauración Democrática (PRD) para una reunión bilateral con el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Este esfuerzo podría ser un punto intermedio para lograr una conversación inicial.
Saturnino Cerrato, presidente del PRD, confía en que este primer encuentro sea el inicio de un proceso que permita, en el menor tiempo posible, la firma de un acuerdo que le de vida a la “tan ansiada unidad”.
“No queremos dar a nadie argumentos de que estamos negándonos a cualquier intento de unidad, entonces con el conocimiento de los demás miembros de la Coalición estamos haciendo este paso intermedio que esperamos que resulte”, declaró.
Los miembros de la opositora Coalición Nacional no descartan recibir una negativa a la invitación de iniciar conversaciones, mientras Ortega no agiliza las reformas electorales y ya activó todas sus estructuras para promover la propaganda electoral en todo el país.
*Con VOA