Opinión / Ensayos · 09/05/2023

No existe química entre la derecha y el MRS

*Por Ariel Montoya

Desde el derrumbe del somocismo la derecha nicaragüense no ha sido capaz de reestablecerse, menos de renovarse. Continúa con las piernas amputadas incapaz de correr junto a los jóvenes y adultos, con los brazos cerrados a nuevas propuestas y con el cerebro tostado por las imposiciones y chantajes del sandinismo, los pactos con triquiñuelas y el reacomodo político con tal de mantener cuotas de poder, lo que va para sus políticos, empresarios y capas profesionales.

La UNO que derrotó al SANDINISMO en 1990 apenas alcanzó el Poder empezó a despedazarse y los dos gobiernos de transición posteriores lamentablemente no cohesionaron una fuerza política sólida.

Aún con todo en las actuales circunstancias tiene una gran oportunidad, sobre todo en quienes ostentan el relevo político generacional, de renovarse y generar confianza como reemplazos para una pronta democracia, creando desde ya nuevos partidos políticos, siempre y cuando estén dispuestos a jugarse el pellejo ante la situación actual frente a la dictadura orteguista y sobre todo, a desprenderse del gamonalismo partidario que tanta deterioro hereda por los cuatro costados.

Ese es el principal reto en un relevo que podría darse, si las cartas se juegan correctamente y si la cooperación internacional está dispuesta a sumarse a esta gran iniciativa. Lamentablemente no se vive de buenas intenciones y hay que reconocer que los implantes de cierto continuismo los establece la propia comunidad donante, que ha derrochado millones de dólares a los mismos operadores de la Sociedad Civil, sin resultados tangibles.

El otro segmento a contemplar en este debate sobre la cadena generacional son los liderazgos del exilio a partir de 2018.  Este es otro arroz con mango pues muchos de estos autoconvocados  ‘lideres’, pretendieron jugar alta política (bola recia) en las elecciones pasadas, obviando que no pertenecían a una sola o mínima estructura partidaria, y lo que es peor, lo que no parecía importarles. Marginaron bases liberales ya descontentas con sus viejos líderes.

Grave error de neófitos aspirantes a políticos.  Arrastrados por vanidades personales, financiadas por la cooperación mencionada y vapuleados y manipulados  por el sandinismo disidente, lo que desde ya los aparta de ser retoños de una oposición antisandinista nueva, con bríos alternativos y vigores liberales o conservadores clásicos, y, de derecha, abiertamente declarados bajo el manto de esa ideología cercana al capitalismo humano generador de empleos y progreso.

Pero como no todo está perdido, además de los auto proclamados presidenciales están otros miembros de la diáspora quienes, sin mucha figuración, han seguido el pulso político actual y están dispuestos a dar su aporte ante un proyecto de nación.

Por los orígenes bélicos y por su participación monolítica como una sola estructura partidaria en los 80, quienes ahora se llaman Movimiento Renovador Sandinista (MRS) o UNAMOS, no deberían mezclarse con la derecha sinónimo de la anquilosada clase política del exilio. La contamina y la volvió “mala Derecha”.

Ambos  provienen de químicas y sustancias muy diferentes, por mucho que ahora ellos quieran hacerse abanderados de la democracia y, por mucho oportunismo de esa mala derecha, como la aglutinada en el grupo “Monteverde” establecido en Costa Rica, y como otros creados en Estados Unidos y Europa. 

Además estos sandinistas vegetarianos, poseen un sentido de superioridad fulgurante. !Y una amnesia inimaginable! quienes no pasan de su fuerza mediática, sin ninguna relevancia electoral pero quienes, a falta de un restablecimiento de la memoria histórica contemporánea sobre todo a nivel internacional, continúan recibiendo grandes aportes  económicos en su desesperada búsqueda por alcanzar nuevamente el Poder sin el Orteguismo.

A Nicaragua en general más que a nadie en particular, le conviene la existencia de una real oposición de derecha, que releve no solo en edades sino en capacidades a sus miembros; sin filtros ni alianzas que retroalimenten el pasado que los condena a todos aquellos que fueron parte del Frente Sandinista bajo una sola estructura hasta 1994.

Existe una cantera de hombres y mujeres, libres de ese pasado de muerte y sangre a nivel territorial quienes fueron concejales, alcaldes y diputados, delegados de pasados gobiernos liberales, productores, líderes campesinos y obreros, empresarios jóvenes y emprendedores, y figuran entre los 40 y 60 años de edad, quienes forman parte de ese mentado relevo y quienes, dando y recibiendo en esa amalgama infinita de la gestación de los procesos democráticos transparentes, podrían y deben dar la batalla cívica, dialogante y místicamente fija en el bienestar social y la libertad.

*El autor es poeta y periodista exiliado en Estados Unidos.  Columnista Internacional. Preside el Partido de derecha Organización Política Accionaria (OPA).