Luego que el régimen de Daniel Ortega comenzara a inaugurar puestos de salud en las propiedades de medios de comunicación y ONGs que confiscó en diciembre de 2018, y los medios oficialistas publicaran fotografías de los lugares, se pudo ver que el dictador ni siquiera compró muebles nuevos para esos lugares, pues usó las mismas sillas y mesas que se robó.
Periodistas que redactaban para el medio Confidencial señalaron que Ortega no tuvo la “decencia” siquiera de comprar muebles para la casa materna que ayer inauguró en esa propiedad.
“La dictadura de Ortega consumó el robo y transformó la redacción de @confidencial_ni en una casa materna. No tuvo ni la decencia de comprar muebles y usó lo robado. Las mismas sillas en las que nos sentamos en 2018 a escribir sobre sus crímenes de lesa humanidad. Cinismo total”, manifestó el periodista Maynor Salazar.
El periodista Wilfredo Miranda detalló en Twitter que Ortega está usando los escritorios y las sillas sobre los cuales escribían reportajes, incluso el comedor en el que almorzaban.
“Lo menos que tiene esa ‘casa materna’ son equipamientos para tal fin. Pusieron una camilla para disimularlo. El mensaje es otro: CONFISCACIÓN”, apuntó Miranda.
En las fotografías publicadas por los orteguistas, Desirée Elizondo, esposa del periodista Carlos Fernando y también propietaria del inmueble donde tenía su consultora Cabal, pudo ver su comedor.
“El comedor de mi casa, ladrones a más no poder”, denunció.
Asimismo, dentro de la casa materna se metieron muebles del canal 100% Noticias, así lo denunció ese medio, quien precisó que una mesa blanca de madera y vidrio que era parte del set de uno de sus programas, fue colocada en un espacio del lugar.
“La mesa blanca que el régimen colocó en Confidencial para la ‘casa materna’ pertenece al set de ELLAS Lo DICEN de 100% Noticias. El edificio del canal fue saqueado desde diciembre 2018. Regresen lo robado”, denunció ese medio digital.
Las camas que aparecen en la casa materna, fueron identificadas como propiedad del Instituto para la Democracia y el Desarrollo (Ipade).
Con estas denuncias por parte de los medios y periodistas, el cronista deportivo Miguel Mendoza, recordó que “Amparo Vásquez, esposa de Jaime Morales Carazo, declaró en su momento que cuando Ortega confiscó su casa en El Carmen y fue a recoger objetos personales, Rosario Murillo la recibió con una de sus batas casera con su nombre bordado”.
Mendoza se refiere a un editorial del diario La Prensa publicado el 24 de agosto de 2001, que habla sobre la confiscación de la casa de Jaime Morales Carazo, donde ahora vive la familia Ortega Murillo.
El escrito dice que Amparo Vásquez, esposa de Morales llegó a su casa y “se reunió con Rosario Murillo, de quien se sorprendió; al verla vestida con una de sus batas caseras. Se asegura que fue una conversación tensa, de poca duración y sin ningún resultado”.
Vásquez le habría pedido a Murillo que todos sus bienes de uso personal y doméstico —ropas y utensilios de cocina— se los entregaran a las dos empleadas domésticas que trabajaban para ellos, pues prefería donárselos a ellas antes que a los nuevos “ocupantes”. Se afirma que eso encolerizó a Murillo.