Zoilamérica Narváez Murillo, dijo este lunes que el dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo (su madre) “han venido utilizando la fe, la religión y las creencias en función de su propio disfraz de demócratas”, careta que se les cayó el pasado 10 de marzo cuando el Papa Francisco los llamó “dictadura grosera” y “guaranga”.
En entrevista con la plataforma República 18, Narváez Murillo, señaló que la suspensión de relaciones entre el régimen Ortega-Murillo y el Vaticano “denota que en este acto hay plena conciencia de lo que se quiere hacer, que es sobre todo una suerte de sanción al Papa y a la Iglesia por haberse atrevido a llamar (a) como lo llamó el Papa al régimen, cuando muchos nicaragüenses veníamos diciendo que el pronunciamiento del Vaticano era insuficiente”.
“Efectivamente, para ellos que han venido utilizando la fe, utilizando la religión y las creencias en función de su propio disfraz de demócratas y de cristianos, tenemos que decir que esta alusión del Papa contribuye con desenmascarar que la persecución que emprenden contra la Iglesia es parte de esta intención de estar por encima de todos los poderes, incluyendo el poder espiritual que es algo que nunca van a lograr”, declaró Zoilamérica.
La socióloga lamentó que Nicaragua sea un país en el que se persigue a la Iglesia y ahora se distancie “de aquellas políticas de respeto que se ha ganado la Iglesia como Estado”.
“Lamentamos también que esto pueda significar que las personas de las parroquias y todo ese sistema que ha venido haciendo un sistema de resistencia, se pueda sentir más solo, se pueda sentir aislado; ante lo cual nos toca decir que nuevamente el gobierno tiene la potestad de suspender relaciones, pero seguimos conectados y vinculados en la fe”, añadió.
Monseñor Álvarez “el principal escudo de dignidad”
A juicio de Zoilamérica, el régimen trata de imponer un “cerco” para decirle a las parroquias que “están desprotegidos, ahora no tiene nadie quien defenderlo” con la suspensión de las relaciones diplomáticas.
Sin embargo –agregó—“sabemos que el sentimiento cristiano y la Iglesia en sí misma, tiene una autoridad moral que pasa por encima de todo lo que se diga en la diplomacia, pero además que tiene en esa fortaleza de Monseñor Álvarez el principal escudo de dignidad con el cual seguiremos resistiendo”.
“Monseñor Álvarez –y lo dijo el Papa—ha desafiado algo muy importante, con un arma que es invencible, su testimonio. Con su testimonio él está consciente que nos inspira, que nos guía; y por lo tanto tener prisionero a alguien que está siendo guía espiritual de la resistencia es algo insostenible”.
“Este intento de encarcelarlo en una prisión de criminales comunes, tiene la intención de humillarlo, de quitarle dignidad; sin embargo, sabemos ante todo que el que se humilla se enaltece y que cada acto por quitarle a Monseñor Álvarez su estatura de nicaragüense y de ciudadano y también de cristiano, solamente lo está convirtiendo en un verdadero ejemplo de esperanza para todos nosotros”, concluyó Zoilamérica.