Destacados / Nacionales · 22/05/2023

Óscar René Vargas propone estrategias para “fragilizar” a la dictadura en Nicaragua

El sociólogo y excarcelado político Óscar René Vargas, presentó este lunes al pueblo y oposición nicaragüense una propuesta de estrategias para “fragilizar” a la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua.

La estrategia principal en la lucha en contra de la dictadura es someterla sin luchar de frente, disminuyendo los peligros de caer preso de los opositores. El trabajo debe ser fragilizar los pilares que sostienen a la dictadura. Es la estrategia de la implosión”, señaló el también analista político.

Según Vargas, para facilitar la implosión “se debe de golpear los principales anillos de poder con el objetivo que la dictadura se derrumbe como las casas que han sido carcomidas por las polillas, las termitas”.

Las personas que abandonan las filas del orteguismo, de manera abierta o encubierta, deben de ser tratados con respeto para fomentar el abandono de su base social e incrementar la implosión”, apuntó en un artículo de opinión enviado a La Mesa Redonda.

Vargas explicó que “la estrategia de la implosión no significa no hacer nada”, sino, “implementar una estrategia que debilite los anillos de poder sin enfrentarse cara a cara de manera directa. Por lo tanto, la estrategia significa alimentar las termitas”.

“El conjunto de los opositores tiene que entenderlo para que dejen de atacar a las termitas que aún permanecen en las instituciones del Estado. Por otro lado, hay que estar claro que el tiempo político ya no favorece a la dictadura y por lo tanto sus errores serán mucho más frecuentes y debemos de aprovecharlos para debilitarla más y más”, agregó.

“LA LUCHA DE LAS TERMITAS”

Para el sociólogo “el arte de la lucha de las termitas tiene que basarse en el engaño, no mostrar los avances del proceso de implosión para evitar la represión”.

La estrategia es hacer creer que somos débiles para que nos permita seguir alimentando a las termitas. Tenemos que sembrar y fomentar el disenso en las filas del orteguismo para debilitarlo más. Para lo cual es necesario mostrar la realidad económica y social con los mismos datos que brinda la dictadura, explicar que la situación es y será cada más difícil mientras permanezca Ortega en el poder”, anotó.

También apuntó que la prolongación de la crisis debilita a la dictadura en lugar de consolidarla. “La prolongación permite que los funcionarios medios y su propia base social orteguista vayan tomando conciencia que con Ortega en el poder no se resuelve los problemas principales del país, transformándose en termitas”.

“Una de las mayores debilidades de la dictadura es empobrecer a la población en general y a su propia base social sin darle perspectivas de un futuro mejor. Por eso que sus acciones erradas (por ejemplo, la persecución a la iglesia católica) se transforman en un bumerang que los golpea con más fuerza a ellos mismos”, aseguró el analista.

“Si el país se empobrece a causa de las políticas erradas, la dictadura pierde base social y se debilita, aunque incrementa la represión, porque se deteriora el bienestar de las grandes mayorías, incluyendo una clase media raquítica y empobrecida. La larga campaña represiva se ha transformado en una lacra en detrimento del empleo, el poder adquisitivo, las pensiones, los salarios reales, la calidad de la educación y la salud”, continuó.

Por último, Vargas indica que “si fomentamos la deserción de la base social orteguista estaríamos implementando la estrategia de la implosión y por añadidura se refuerza las propias fuerzas de la oposición. Hay que ganar sin violencia, sin combatir de frente”.

FALTA DE UNIDAD Y DE UNA ESTRATEGIA

Vargas reprochó que por la falta de una estrategia por parte de la oposición “se han perdido batallas políticas que se iban ganando. La oposición no puede movilizar a la población sin tener una estrategia claramente establecida”.

La oposición no es homogénea, pero es necesaria la unidad para avanzar juntos para construir un contrapoder que permita la derrota/derrocamiento de la dictadura, desunidos es imposible lograrlo. Y, por eso, es un elemento fundamental en la estrategia de lucha contra la dictadura: la táctica inmediata es unir a la oposición, coser su unidad y entender que no se puede descolgar a nadie de este proyecto”, señaló.

A juicio del sociólogo, hay que tener “un programa mínimo que recoja las demandas más importantes de la mayoría de la población. Y también es fundamental tomar en cuenta que existe una doble capitalidad. Hay que tomar en cuenta a los poderes fácticos y la propia dinámica de los de a pie, que es muy diferente a los intereses de los de arriba. Necesitamos tener un rumbo claro. No se puede improvisar”.

Advirtió que la oposición no puede tener un mensaje demagógico, fácil, de brochazos. “Hay que respetar a las personas; y respetarlas es, entre otras cosas, no engañarlas y no decirles que con la caída de la dictadura se acaban todos los problemas”.

La pérdida del poder adquisitivo a causa del incremento de la inflación, el desempleo, los bajos salarios y las pensiones raquíticas siguen y seguirán siendo un quebradero de cabezas para la gran mayoría de las familias, después de quince años de dictadura. Debemos de explicar que mientras la dictadura se mantenga en el poder los problemas se van agudizar, la única manera de comenzar a resolverlos, poco a poco, es con la caída de la dictadura”, concluyó.