Opinión / Ensayos · 18/12/2020

RUBÉN DARÍO. ¿PORQUE NO LE CONOCEMOS?

*Hugo J. Vélez Astacio

No he de negar que escribo sobre Darío porque amo le exquisitez de su obra y de altos sentimientos contenidos en su obra como artista creador de una esplendorosa belleza y armonía. Obra revestida de musicalidad. Me sobran razones de amor a la belleza, y a una historia que es todo orgullo de nuestra identidad. 

¿Y porque cree usted que no conocemos a Ruben Darío?

Buena pregunta. Existen varias razones; empezando por reconocer que estamos hablando de un literato, de un genio, de un artista de la pluma, específicamente de la poesía, que con arte hizo de sus ensueños, que la belleza principalmente de sus musas jóvenes, danzaran con ritmo y melodiosamente con armonía al dulzor y delicadeza de sus “alas sonantes y corazón de fuego”, irradiando “todo perfume, todo juventud y amor”. Estamos hablando del Poeta (pero con P mayúscula) que como hombre se enternecía del azul de una noche tranquila, mientras enrumbaba hacia el amor mientras, “la belleza le cubría de luz y Dios le aguardaba”.

No le conocemos, porque simple y llanamente no somos una sociedad donde predomine la cultura al arte, a las letras, a la paz, al cultivo de honrar a los héroes sin fusil. No le conocemos porque históricamente no estimamos, ni apreciamos a los hombres cuyo interés era con su obra y su entrega, engrandecer a su Patria y renovar la lengua. No le conocemos porque en consecuencia con esto último indicado, ningún gobierno pos su fallecimiento, ha manifestado interés alguno, de manera persistente, consiente y responsabilidad, otorgar prioridad de brindar a su ciudadanía, una educación que cultive, asimile y desarrolle su legado, y todos los estimables valores que han enriquecido nuestra identidad nacional.

Somos un país en que predomina la pobreza y una gran miseria. El segundo en Latinoamérica después de Haití.  El pueblo sobrevive soportando, una situación lamentable propia de una cultura de guerra, ante una historia de miseria moral y sed de poder de los caudillos por servirse de los recursos del Estado, mientras el analfabetismo prevalece y la educación decrece en calidad.

¿Y a qué viene esto último? Muy simple. La convivencia de vivir en ese estado de situación, hace al humilde pueblo nicaragüense, se entorpezca, se desanime, y se desestimule, priorizando en su sobrevivencia en vez de buscar un libro, buscar el pan para calmar el llanto de los cipotes. No de los chigüines. Esos son de los detentadores del poder y de sus allegados.

Martes 17 de Diciembre de 2020