Destacados / Nacionales · 17/05/2023

Se cumple un año de la desaparición de Sofía Caballero, la niña nicaragüense que fue arrastrada por el Río Bravo

Este 17 mayo se cumple un año desde que la niña nicaragüense Sofía Abigail Caballero Huete de 4 años, desapareció en las aguas del Río Bravo, cuando junto a su madre Irma Yaritza cruzó el río para reencontrarse en Estados Unidos con Hanier Caballero, padre de la niña y esposo de la mujer que fue encontrada muerta siete días después.

Este 17 de mayo, cuatro organizaciones humanitarias reclamaron a las autoridades de México por “no buscar” a la menor que tenía 3 años cuando salió de Nicaragua junto a su progenitora.

Sofía junto a su padre Hanier y su madre Irma (q.e.p.d)

Fundación para la Justicia, Red por los Derechos de la Infancia en México, Texas Nicaraguan Community y Familias Unidas, señalaron hoy que, Sofía concentra tres de las principales vulnerabilidades que incrementan los riesgos y la urgencia de encontrarla: es “mujer, niña y migrante”.

Y que, pese a que el Comité contra la Desaparición Forzada (CED) de la ONU dirigió la Acción Urgente 1508/2022 al Estado mexicano, para exigir su búsqueda inmediata y exhaustiva, “las organizaciones acompañantes del caso, denunciamos que no se han cumplido las medidas y no hay resultados en la investigación”, apuntaron.

A 11 meses de haberse emitido la Acción Urgente, el gobierno mexicano no ha demostrado la voluntad suficiente ni la capacidad para cumplir con sus términos, es decir localizar a Sofi e identificar a los perpetradores”, reclamaron.

Las cuatro organizaciones humanitarias detallaron que las medidas requeridas por el CED incumplidas por las autoridades mexicanas son:

  • Establecer una estrategia integral, que incluya un plan de acción y un cronograma, para la búsqueda exhaustiva de Sofía.
  • Asegurar que dicha estrategia sea evaluada periódicamente y cumpla con los requisitos de la debida diligencia para todas las etapas del proceso de búsqueda.
  • Asegurar que la estrategia adoptada determine las acciones a realizar de manera integrada, eficiente y coordinada, y que su implementación cuente con los medios y procedimientos necesarios y adecuados para localizar a Sofía.
  • Proporcionar información sobre las medidas adoptadas para identificar a los eventuales perpetradores de la desaparición forzada de Sofi”.

También denunciaron que en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de México, no hay registros de la niña.

La tardanza, ambigüedad, superficialidad y hasta contradicción de los informes rendidos por el Instituto Nacional de Migración (INM), las autoridades municipales y estatales dejan en duda lo que realmente ocurrió la noche en que Sofía desapareció”, apuntaron.

¿Quién es Sofía Caballero?

Sofía cursaba el primer año de kínder. Su abuelita paterna, Elia Centeno, la describe como alegre y muy sociable: “Era la luz de la casa”.

Cuando su papá decidió migrar a Estados Unidos para darle a su familia una vida mejor, Sofi se deprimió, hubo una noche que ella se sentó en la acera de la casa, era una noche estrellada con la luna grandota, y lloraba y le decía a la luna que le trajera a su papá”, recuerda doña Elia.

Sofía salió de su casa en Nicaragua, junto a su madre, Yaritza, el 10 de mayo de 2022. Siete días después desapareció y su mamá fue encontrada sin vida. Ambas habían intentado cruzar el Río Bravo, en Piedras Negras, Coahuila, cuando la corriente del río las separó.

La abuelita de la niña guarda la esperanza que el próximo 11 de junio, fecha del cumpleaños de Sofía, pueda tener “una pista de dónde puede estar mi nieta”.

La familia de Sofía y las organizaciones acompañantes exigimos el cumplimiento inmediato de las obligaciones internacionales del gobierno de México en el caso, la implementación de un plan de investigación y búsqueda articulado, exhaustivo, diligente, estratégico y multidisciplinario, siguiendo los estándares internacionales de búsqueda diferenciada y transnacional”, reclamaron las organizaciones.

No debemos permitir que más familias vivan la angustia y el dolor que representa la desaparición de un ser querido. Todas las niñas tendrían que volver a sus casas, a sus familias”, concluyen.