El senador estadounidense Marco Rubio dijo que los católicos nicaragüenses “llevan una pesada cruz” y pidió a la comunidad internacional que responsabilice al dictador Daniel Ortega y a Rosario Murillo por su persecución a la Iglesia católica en Nicaragua.
En una entrevista con Angelus News, Rubio denunció el continuo arresto y encarcelamiento de clérigos en Nicaragua por parte de “la dinastía autoritaria criminal Ortega y Murillo” que “durante años han amenazado el futuro democrático de Nicaragua”.
“Es hora de que la comunidad internacional enfrente esta amenaza y responsabilice a estos tiranos por sus innumerables crímenes”, dijo.
La dictadura de Daniel Ortega mantiene secuestrados a 17 religiosos católicos, entre ellos el obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por negarse a ser desterrado de Nicaragua en febrero de 2023.
Rubio dijo a Ángelus que los últimos arrestos eran indicativos de “cómo opera una dictadura criminal y vil”.
“Ortega y Murillo han perseguido consistentemente a miembros de la Iglesia católica e intentarán censurar cualquier voz de disidencia en su nación. Nuestros hermanos y hermanas católicos en Nicaragua llevan una pesada cruz ya que siguen siendo blanco de represión y persecución religiosa”, dijo.
El senador de Florida escribió una carta al Papa Francisco el 13 de diciembre instándolo a pedir la liberación de monseñor Álvarez, citando evidencia recientemente revelada “que sugiere fuertemente que el obispo Álvarez ha soportado torturas a manos del régimen de Ortega”.
Rubio dijo que si bien su oficina aún no ha recibido respuesta del Papa o del Vaticano, se sintió alentado “escuchar al Santo Padre mencionar la difícil situación que han padecido los católicos en Nicaragua en los últimos días”.
“Como líder de la Iglesia católica, la voz del Papa Francisco y su defensa contra la persecución religiosa son importantes”, dijo Rubio a Angelus.
“Desafortunadamente, Ortega y Murillo reprimirán a cualquiera que consideren una amenaza a su control ilegítimo del poder”, añadió.
“Rezo para que los nicaragüenses puedan vivir su fe sin temor a la persecución y la represión”, concluyó.