Los derechos son correlativos a los deberes.
Existe una jerarquía de derechos. En el campo universal están los Derechos Humanos que trascienden tiempo y espacio.
Están los Derechos Fundamentales que son aquellos derechos humanos positivizados en una Carta Magna.
Pero los derechos no son absolutos.
Por eso su uso, goce o disfrute, se regula.
La regulación de los derechos tiene que ver aspectos de interés público, que a su vez tiene relación con interés social o interés administrativo.
En el caso de las licencias de conducir vehículos, debemos resaltar que es de interés social.
Ingresar a la vía pública conduciendo un vehículo es una gran responsabilidad.
Quién dice que un vehículo no puede ser usado para inferir dolosamente daños y lesiones a una persona?
O para producir daños materiales y humanos de forma culposa.
Desde esta perspectiva un vehículo también es un arma.
Y su uso requiere instrucciones y entrenamientos que deben ser comprobables por las autoridades competentes.
Los accidentes siempre van a existir, pero debemos reducirlos a niveles razonables o evitarlos al mínimo.
Los accidentes tránsito que producen daños materiales equivalen cuasidelitos que generan responsabilidad civil.
Pero en nuestro país, se regulan además como delitos culposos (negligencia o impericia) cuando se privó de la vida a una persona, y son acreedores de una pena de prisión menos grave, que sólo se agrava con el uso de alcohol o estupefacientes.
Los delitos llevan aparejados sanciones accesorias a la principal.
Y en el caso de estos trágicos accidentes de transporte público donde pierden la vida decenas de personas, además de la pena principal se debe imponer la inhabilitación absoluta para volver a manejar este tipo de vehículos y de servicios.
Pues es preferible la reconversión ocupacional de un chófer de bus, que estos trágicos resultados.
Se le debería suspender la licencia de conducir en esa categoría de por vida, a menos que nos arriesguemos a una repetición.
Además esta pena accesoria servirá de función educativa y preventiva al resto que viene atrás.
La vida de nuestro pueblo vale más que el derecho de alguien a manejar un bus.
Lo más indignante será ver tranquilo al chófer caminando libremente después de provocar semejante dolor, intencionalmente o no.
Dr. Danilo Martínez