Opinión / Ensayos · 21/10/2021

UNÁNIME RESOLUCIÓN ES ÚLTIMA ADVERTENCIA

La resolución aprobada esta mañana en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), exige como punto primero la liberación de los presos políticos, reclama fuerte por la negativa actitud de la dictadura de Ortega para atender los reiterados llamados hecho por varias resoluciones, a fin de que facilite la celebración de elecciones que cuenten con los estándares internacionales de credibilidad; expresa además alarma por el deterioro de los DDHH y los derechos políticos de los nicaragüenses, porque minan el proceso electoral, al quitarle toda credibilidad.

Asimismo, le insististe a la dictadura que aún está a tiempo de corregir el rumbo de colisión que lleva, al no permitir elecciones libres, y le advierte, que, si no corrige el rumbo, enfrenará las consecuencias en la próxima Asamblea General de la OEA, a celebrarse en Guatemala a mediados del mes de noviembre, en la cual se emitirá el juicio de valor sobre lo que Ortega ha montado para el 7 de noviembre próximo.

Al respecto, lo primero que hay que destacar es la sorprendente votación, pues se trata de la primera resolución contra la dictadura que es aprobada por UNANIMIDAD; lo cual se logra cuando en una votación nadie se opone, ni la dictadura se opuso; dado que hizo el ridículo de anunciar a todos los vientos que no asistiría, pero asistió, habló de algo que ocurre en su propia burbuja y se retiró, facilitando con ello que la derrota político-diplomática fuese en toda la línea, dado que nadie la acompañó votando en contra.

Hubo siete gobiernos que se abstuvieron, 26 votos a favor y cero en contra, en una Resolución que castiga fuertemente la actitud que ha venido asumiendo la dictadura de Ortega. A ese respecto, es bueno resaltar que en los foros políticos y diplomáticos, la abstención de un delegado la resiente mas quien está siendo castigado, que quien está siendo beneficiado, de manera que esas siete abstenciones solo se pueden interpretar como el producto de la torpe diplomacia orteguista, y el mensaje que envían es: “no te condeno, pero no te puedo ayudar, porque no haces mérito para ayudarte”, tal a como lo expresaron abiertamente los representantes de los gobiernos de México y Argentina.

De manera que, aun cuando es muy significativa la votación alcanzada, porque refleja un incremento en la toma de conciencia y conocimiento acerca las falsedades de la narrativa de la dictadura, más significativo es el hecho de que se trató de una victoria por unanimidad, en la cual no quedó ninguna duda acerca de lo que ocurrirá el próximo 7 de noviembre; todo lo anterior, sin mencionar lo significativo que fue también, que, en la reunión del Consejo Permanente de la OEA, el tema “la situación de Nicaragua”, fue introducido a última hora, lo que indica que Ortega está más aislado que nunca.

El otro mensaje que tiene la resolución, es que no es un pueblo cautivo, que vive bajo la bota de grupos armados que responden a los intereses de la familia Ortega-Murillo, quien puede otorgar legitimidad a la farsa del 7 de noviembre. Nicaragua es un Estado fundador y suscriptor de la Carta de la OEA, el máximo foro político-jurídico del Continente; es suscriptor también de la Carta Democrática Interamericana, y ha elevado a rango constitucional la Convención Americana de los DDHH, por tanto, quien determina si unos comicios son o no legítimos, es la OEA, y nadie más.

No es la ONU, ni ningún otro organismo internacional, quien le puede brindar esa legitimidad que Ortega está desesperado por obtener, porque la OEA, para todos los efectos, es un órgano regional y tiene preeminencia frente a la ONU, dado que no se trata de un conflicto entre dos estados, sino de un conflicto entre un pueblo que se quiere liberar y una dictadura que lo quiere mantener sometido.

*Firma H. R.