Salud y Vida · 26/06/2023

Y vamos para arriba con el Dengue, ¿por qué?

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

Para que exista un brote o una epidemia, necesitas tener los índices de infestación de cuatro para arriba, eso qué significa, que, de cada 10 casas, cuatro tienen criaderos de mosquitos y es lo que nos está pasando en Nicaragua.

Al enemigo lo tenemos en casa y lo alimentamos constantemente, para que luego destruya nuestra salud. Pero lo que es peor, es que podemos con toda certeza, adelantarnos a la epidemia y detenerla, pero se ignoran todas las señales, incluyendo los enfermos, fallecidos, y el impacto económico enorme, que, a nivel individual, al no trabajar una semana, significa para muchos no poner alimentos en la mesa de su hogar.

El mosquito vive mes y medio y desde su segunda semana de vida está succionando y transmitiendo el virus de persona a persona, en un área de una manzana, así que cualquier persona que esté dentro de ésta puede ser infectada con el virus del Dengue y por los antecedentes de que en Nicaragua ya hemos tenido bastante Dengue, la combinación de uno de los cuatro tipos que existen de virus con otros, pueden producir las dos formas graves del Dengue, el Síndrome del shock por Dengue o sea que la presión te baja a cero, no puede circular lo suficientemente la sangre y por lo tanto no se oxigenan los tejidos y mueren o bien por Dengue hemorrágico, que produce hemorragia que van generándose en los órganos y hacen que esto dejen de funcionar y falleces.

El principal problema en Nicaragua sigue siendo ignorar las enfermedades, voltear la cara hacia el otro lado o no atender el problema desde el punto de vista científico y técnico, sino meramente político, partidizando la enfermedad, como se hizo con la COVID-19, siendo un problema de salud que nos afecta a todos y todas sin discriminación y que además es evitable.

Entonces si no superamos esta visión gubernamental y en parte también de la población, no vamos a poder controlar el Dengue, que es absolutamente controlable, porque el poder hacerlo está en las manos de cada ciudadano.  La alerta, activación y apoyo de un gobierno responsable, que cuida de verdad la salud de su pueblo. No hay que seguir jugando con las epidemias y motivar que la población las asuma como normal.

Con que se le explique a la gente con palabras sencillas el peligro que existe, cómo debe eliminar los criaderos de mosquitos en su casa, que no es nada más que eliminar cualquier recipiente que contenga agua limpia y controlar a través de la inspección sanitaria del MINSA, que la población lo esté cumpliendo, el impacto se miraría en un mes y rápidamente disminuirían los casos.

Hay que explicar que cada persona que tenga Dengue, debe permanecer cinco días con mosquitero durante el día, que es cuando el mosquito pica, pues de noche descansa. O usar repelente, cuyo precio puede ser subsidiado por el gobierno, como medida de urgencia, impidiendo que un mosquito succione el virus de esa persona para transmitirlo a otra. En estos casos es importante fumigar con insecticidas probados, para eliminar al adulto y evitar más picaduras, así como continuar eliminando larvas del mosquito con el BTI, tapar los barriles para recolectar agua evitando así que se pongan los huevos ahí y coordinar los cortes de agua con las medidas de control del mosquito, pues la población siempre va a guardar agua, mientras no se garantice un abastecimiento ininterrumpido.

Igualmente, la población debe conocer los síntomas y las alertas de la enfermedad, para evitar complicaciones y la transmisión, así como tomar rápidamente todas las medidas de prevención.

Es mucho más importante que el gobierno brinde educación científica demostrada,  a la población, ya que las ONG fueron eliminadas y no podrán desempeñar este trabajo, para que el ciudadano tome el control  y las medidas de prevención, ya que se ha demostrado que el gobierno ni el MINSA pueden, tal como demuestran el creciente número de casos que se están presentando y que han ocurrido en los últimos años, volviéndonos el país que está en el primer o en los primeros lugares de mayores casos y menor control en todo Latinoamérica. No existe salud pública posible sin la participación consciente de la población organizada.