Opinión / Ensayos · 15/02/2023

Algo de la operación “Bertha”

Nos reconcentraron en el Colegio “Rigoberto López Pérez”. La guerra de agresión sangrienta de los años ochenta continuaba. Coincidimos: Vamos a la montaña. En esas circunstancias ya estábamos acostumbrados.

Transitaba la primera quincena de febrero de 1988. Esta reconcentración de militantes del FSLN llamó a la reflexión a los que recibimos órdenes de estructurar Escuadras de Combate pero con personas profesionales que hubiesen participado en tareas de la Revolución o bien que tuviesen referencias de haber participado en la insurrección contra la dictadura somocista. Gente confiable.

Entrega de armas y municiones durante la primera noche en el “Rigoberto” otrora “Primero de Febrero”. Muchos militantes no tenían experiencia en manipulación de armas, fundamentalmente Aka. Los patios resultaron pequeños para tantas personas. De prisa entrenamiento de arme y desarme, elemental. Eso también nos llamó la atención, Atrás quedaron las Escuelas de entrenamiento militar de la carretera vieja a León donde se entrenaban a los cuadros que partirían a defender la Revolución a las zonas de guerra.

La noche siguiente camiones tras camiones con Pelotones y Escuadras, en su mayoría funcionarios públicos, raudamente por la carretera norte.  Teódulo Báez, experto en Derecho Fiscal y alto funcionario de la DGI por esos días coincidentemente quedó bajo mi responsabilidad. Atrás quedó San Benito y luego Sébaco. Al iniciar el Valle de Sébaco una parada y la Coordinación Militar ordenó bajar de los camiones. “de la misma forma que recibieron las armas, así las van a entregar” ordenó la Voz de Mando del Ejército Popular Sandinista que dirigía la movilización. Se procedió en plena carretera. Más interrogantes sin respuestas. Además, nadie preguntaba. Son las reglas del juego en este quehacer militar.

“Qué raro esto, vamos a la montaña, nos arman, ahora nos desarman” era estribillo. Faltaba lo peor…nuevamente la orden de abordar camiones y silenciosamente el retorno a la Capital. Nadie explicó lo que estaba ocurriendo.

Al peso de la media noche arribamos a la Escuela Militar “Carlos Agüero” de la Capital. Explanada de Tiscapa. “Aquí nadie usa teléfonos, nadie sale, nadie entra, ningún tipo de comunicación con familiares o amigos” fue la orden a puertas cerradas. Más expectativas.

Desarmados, media noche, en la “Carlos Agüero”, aislados pensando en nuestras familias que “nos hacían lejos….”

Un amplio auditorio nos albergó. Se levantó el telón y apareció el Comandante de la Revolución Bayardo Arce Castaño con altos funcionarios del Banco Central y el misterio salió a luz. “Ustedes son parte de un hermoso secreto de la Revolución, dentro de pocos momentos, se anunciara el cambio de moneda a nivel nacional y serán todos ustedes los que efectuaran esta tarea” es lo que más o menos dijo serenamente el Comandante Arce a la concurrencia.

Funcionarios del Sistema Financiero procedieron a implementar Módulos de Capacitación y convertirnos en Gerentes Bancarios en un santiamén. Cajeros, Contadores y similares de camuflaje. Era normal en las circunstancias de guerra que vivíamos. Los Cuadros de Dirección temporal del operativo ya estaban seleccionados. Por fin nos enteramos del porque solo profesionales en esta misión “militar”.

En ese momento no analizamos la dimensión de la medida. Fue, cuando menos en mi caso personal, cuando al frente de dos unidades bancarias improvisadas en el Colegio del Barrio Larreynaga de nuestra Managua que, junto a un puñado de hombres  en su mayoría,  nos dimos a la imprevista-para nosotros- tarea de llevar a cabo la “OPERACIÓN BERTHA”.

Muchos nuevos billetes recibimos por parte del Gobierno. Firmamos y procedimos al amanecer del final de la primera quincena de febrero a tomar posesión de las instalaciones que con suma anticipación los organizadores tenían previsto para el operativo.

Las “baratas” por las calles anunciando direcciones de “Unidades Bancarias” para el debido cambio de billetes nuevos por millonarios chancheros. La campaña en radio y televisión masiva y sorpresiva. Fue en esta ocasión que tuve el privilegio de “bañarme en reales” cuando llenamos un aula del Colegio de puros viejos billetes y no soporte la tentación y me lance como buen nadador sobre dinero sin valor que había dejado en la más horrible de las miserias a muchas familias nicaragüenses.

Recuerdo aquella madrugada en el Centro Banic donde fuimos a rendir cuentas claras al Gobierno. Luego a buscar cómo irnos a nuestras propias viviendas. Camine desde el coloso financiero hasta mi casa de habitación. Me sorprendió un sol radiante. Dormí como todo un tierno. Después el análisis, la reflexión, la justificación de la acción y al final tener que observar el dolor de muchas familias que en un santiamén quedaron virtualmente en la calle.

Algunos, que conocían lo que se avecinaba, un día antes del “Bertha”, arrasaron con el comercio local. Adquirieron gran parte del inventario comercial., hicieron buen negocio. Comerciantes después del éxito de sus ventas lloraron.

La Operación “Bertha” el  Gobierno sandinista la anunció mediante un Decreto que aseguraba que a partir de las 00:00 horas del día 15 de febrero del año 1988, los billetes y monedas de córdoba, vigentes en ese momento, quedarían sin valor y que en los siguientes tres días debían cambiarlos por nuevos billetes. Este hecho histórico ocurrió en nuestro país hace  29 años.

Asteriscos del Operativo:

 Fue una de las operaciones mejor compartimentadas de la Revolución Popular Sandinista durante la década del 80 del siglo recién pasado.

 Los nuevos billetes ingresaron al país vía Corinto.

 Durante el traslado se produjo un incidente: A la altura de La Paz Centro uno de los bultos que eran transportados en camiones cayó en la carretera saliéndose parte de la preciosa carga. Si mal no recuerdo fue el Comandante René Vivas Lugo quien se enteró de este caso sin conocer el tipo de mercancía que le daba protección Policial.

 Una vieja bodega del Banco Nacional de Desarrollo, en el corazón de la destruida Capital, sirvió para almacenar tan preciada mercancía. (Cerca del antiguo Cine González)

 Ningún Ministro de Estado estaba enterado del fenómeno que se daría.

 Ningún Comandante Guerrillero sabia del operativo.

 Los que participamos activamente en la recta final de la “Operación Bertha” jamás sospechamos de algo tan grande y significativo en la vida económica de nuestro país. Nos enteramos cuando, aislados totalmente, El Comandante Bayardo Arce Castaño “nos lanzó el rollo” una madrugada de febrero en la Escuela Militar “Carlos Agüero”.

 Un dólar se cambiaba a 21 mil córdobas en el Banco o en las Casas de

Cambio existentes, y en el Mercado Negro se cotizaba hasta en 40 mil córdobas, los trabajadores ganaban millones de córdobas (chancheros)

 Esta historia está incompleta y es necesario auscultar más sobre ella para escribirla tal y como se dieron los hechos.

 El resto ya se conoce.

Este es el relato de una persona que participó en el «operativo» que nos ha pedido el anonimato.

Publicado originalmente en febrero 15 del 2017