Nacionales · 03/11/2021

Avanza “el quédate en casa” a pocos días de las votaciones

*Por Voces en Libertad

Opositores dicen que la gente ha encontrado en la iniciativa la forma de enviar un mensaje claro a la dictadura. Especialista señala por su lado, que las redes son una forma segura de burlar “el control” de los represores.

Rosalinda es una universitaria de 19 años que este 2021 votaría por primera vez. Cuando en junio de hace dos años recibió su cédula de identidad, tenía claro “por quién no votaría jamás” cuando llegara el momento. La razón: un pariente murió por heridas de bala durante las manifestaciones desatadas en 2018. “No lo hemos olvidado, porque ni ha habido justicia”, agrega. 

A cuatro días de que en el país se celebren elecciones, Rosalinda sigue clara sobre su voto, pero hay algo más, dice que se quedará en casa. “Yo ya elegí, elegí no votar, porque no hay por quien hacerlo”, explica muy convencida.  

Esta estudiante de primer año de Administración de empresas, es parte de una gran mayoría que no le ve sentido a asistir a las juntas de votaciones este domingo 7 de noviembre coincidiendo con las campañas “Quédate en casa”, “Yo no boto mi voto” y “Mi dedo limpio” que en redes sociales impulsan exiliados y opositores al régimen Ortega-Murillo.   

El 13 de mayo pasado, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, advirtió que el país se encaminaba a las peores elecciones posibles debido a la falta de garantías para celebrar un proceso libre, justo y transparente. En vez de rectificar, Daniel Ortega amplió el número de presos políticos, así, más de 39 líderes opositores conocerán en prisión este domingo que el otrora guerrillero sandinista, logró darle una vuelta más al tornillo que lo sostiene al poder reeligiéndose de forma amañada y por tercera vez consecutiva.  

Rosalinda dice que “ver una buena película” sería mejor que “ir a perder el tiempo” a las urnas del Consejo Supremo Electoral, la institución que contará los votos y al mando de magistrados que no han desperdiciado la oportunidad para mostrarse a favor de Ortega: “matando” partidos y sacando del juego con extrañas inhibiciones a quienes podrían haberle disputado el voto. 

“La población ya eligió” 

Para Róger Espinoza, Coordinador Nacional del Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos que desde Costa Rica mantiene una lucha frontal denunciando los abusos del régimen sandinista, las declaraciones de Rosalinda prueban el sentir de miles de nicaragüenses que siguen plantándole cara a Ortega, rechazando todo lo que hace. “Quedarse en casa es la respuesta de la población ante la falta de condiciones de este circo electoral”, critica Espinoza. 

El activista asegura que los jóvenes principalmente, son los que más han demostrado su acuerdo a respaldar la campaña que los opositores han emprendido en redes sociales para invitar a quedarse en casa y darle la espalda al proceso de este domingo. “Ortega ha desplegado su maquinaria para mantenerse en el poder y aplastar los sueños de libertad de toda una nación. Las elecciones son este domingo, pero hay gente que ya eligió y eligió no ser parte de eso”, aseguró.

Apenas hace un par de días, la firma encuestadora Cid Gallup dijo que el 67 por ciento de los nicaragüenses no mostraban ninguna simpatía por alguno de los siete partidos en contienda. El 76 por ciento cree además, que de resultar reelecto Daniel Ortega, no gozaría de legitimidad, ni local ni fuera de las fronteras. La encuesta fue realizada entre el 15 y el 22 de octubre, apenas dos semanas antes de las votaciones y es para los responsables de esta campaña contra el voto de este domingo, un claro reflejo de que son miles los que eligieron no ir a votar. 

No podemos hablar de números, pero si de porcentajes. Ese más del 70 por ciento que dice que esos resultados van a ser ilegítimos, es el porcentaje de gente que ya eligió no dar su voto en esta farsa”, señala Espinoza. 

Gonzalo Carrión, activista de Derechos Humanos del Colectivo Nicaragua Nunca +, cree lo mismo. “Si ves, hay una coherencia entre lo que la gente siente, siente que no hay elecciones, que lo que hay sin votaciones y claro que son miles los que creen eso”, asegura. 

Resistencia viva en las redes 

A criterio de Carrión, la mayoría de los nicaragüenses están convencidos de no ir a votar. “La gente no va a mancharse las manos, quieren mantener tanto las manos como la conciencia limpia y eso es muy coherente con la idea de quedarse en casa para que haya menos votos que robar”, acusa el abogado.

A finales de septiembre, el Consejo Supremo Electoral dio a conocer que 4 millones 478 mil 334 nicaragüenses estaban habilitados para ejercer el voto en 3 mil 106 centros de votación. De acuerdo a un informe digital de We are Social y Hootsuite, a febrero de este año unos 3.50 millones de nicaragüenses tenían acceso a redes sociales en el país, ello significa que según el estudio, el 52.5 por ciento de la población, se encuentra activo en redes de interacción. 

Esos números explican el por qué para quienes impulsan esta campaña contra el voto de este noviembre en Nicaragua, el mejor vehículo son las redes sociales. “Ahí estamos todos”, dice un Espinoza en tono muy seguro.  

Los opositores, además, recalcan que las redes sociales han sido la peor pesadilla del régimen. Recuerdan por ejemplo que el estallido social de abril de 2018, comenzó en las redes sociales y la molestia rápidamente se diseminó en todo el país. Eso explica también por qué el régimen impulsó leyes para seguir a quienes desde estas plataformas lo cuestionan y aunque ha intentado sofocarlos, no ha podido replicar el éxito que la represión ha logrado con las expresiones masivas de reunión y manifestación.

Es un hecho, la campaña está ahí en redes y con miles de seguidores que saben burlar el control”, asegura un especialista en temas digitales y que por razones conocidas pide protección a su identidad. “Ya hay una movilización no solo para no ir a votar, se ve en redes que hay movimientos en todos lados que difundirán el rechazo, el repudio a ese proceso. Hay una resistencia viva y clara”, comentó el investigador al recordar que voces del exilio, también han anunciado otras actividades para exhibir más los anómalos comicios. 

¿Por qué no asistir es mejor que anular? 

Para Ana Quirós, de la Unidad Azul y Blanco, una de las organizaciones que impulsan la campaña, no ir a votar es mucho más efectivo que asistir a las juntas, pedir la boleta y marcarlas para anular el voto

Con el control que ellos (activistas orteguistas) tienen sobre el proceso, fácilmente cambian esa boleta, vuelven ese voto anulado a uno activo y contará. Por eso no se debe pensar en anularlo, el mayor efecto es no ir a votar, quedarse en casa”, recomienda Quirós.  

Con ese quédate en casa, Ortega y Murillo van a tener claro que no tienen nada, que han vivido engañados, que hay un pueblo que está convencido que no son ni ellos, ni sus partidos amigos lo que nos conviene como nación”, le añade Espinoza. “La gente está empeñada en demostrar que este no es un proceso electoral, por eso es que no ir exhibe el circo. Que solo sea la militancia la que vote, aunque tenga que hacerlo varias veces para hacer creer que fue masivo”, agregó el activista.

Julio era un obrero de la construcción que ahora se gana la vida como repartidor de comida. Dice que, con la pandemia y el surgimiento de ese tipo de empleos, vio una oportunidad y sacó una moto que paga a plazos. Él está seguro que este domingo no va a votar. “Prefiero trabajar”, se excusa. El hombre, padre de una niña de siete años, no cree que después de este fin de semana algo cambie en Nicaragua. 

Todo va a seguir igual o peor, las cosas más caras y no hay trabajos. Es lo que hemos tenido en los últimos meses”, se queja. Añade que hubo un tiempo que creyó que había esperanza en una alternativa electoral. “Todos los buenos (candidatos) ahora están presos, y este señor (Ortega) y la mujer (Murillo) no van a bajarse del caballo, no hay por quién votar”, señala.

Ni Julio ni Rosalinda están convencidos de explicar en sus redes sociales las razones del porque no irían a votar, menos creen que tomarse una foto mostrando su dedo sin la tinta indeleble sería una buena idea. “Eso es mucho riesgo”, dice la universitaria. “De todos modos la gente que no es militante va hacer de todo ese día, menos ir a votar”, añadió resignada.