Opinión / Ensayos · 30/01/2023

Capitalismo Salvaje: crónica de un fracaso

La valoración del desempeño económico de la dictadura en materia económica es prueba irrebatible de su rotundo éxito frente a las evaluaciones de su cacareado “archienemigo” -y enemigo de todo “revolucionario”-, Fondo Monetario Internacional (FMI), mismo que se deshace en elogios hacia su probable mejor alumno en el continente, en su Comunicado de Prensa, publicado hace pocos días (https://www.imf.org/es/News/Articles/2023/01/27/pr2322-imf-executive-board-concludes-2022-article-iv-consultation-with-nicaragua); dicho comunicado muestra algunos parámetros utilizados por sus tecnócratas, agentes de un mundillo financiero que desde cómodas oficinas y jugosos salarios, intercambian información con los contrapartes nacionales, liderados por el presidente del Banco Central, el funcionario mejor pagado de la dictadura (casi 250 mil dólares anuales), quien justifica su ignominioso hiper salario, mostrando una imagen de país cercana al milagro económico, logrando obtener elogios y calificativos de los evaluadores que son más que elocuentes: “políticas macroeconómicas prudentes”, “las reservas internacionales brutas se han duplicado desde finales de 2018”, “sólida recuperación económica”, y otros.

Pero como buenos burócratas dejan abierta la posibilidad de algunos futuros problemas, cuidando que su lenguaje no cause inquietudes en otros organismos financieros que toman sus evaluaciones como referente para futuras inversiones, créditos y otras maniobras económicas de probada rentabilidad; dicha información también es utilizada por los grupos políticos que desde Washington o Europa diseñan sus estrategias de campaña centradas en discursos grandilocuentes y sanciones económicas políticamente inútiles. Y a las pruebas me remito, dicho comunicado afirma que: “Estas perspectivas favorables están sujetas a incertidumbre y a riesgos a la baja, relacionados primordialmente con la evolución externa, desastres naturales o un deterioro del clima de negocios y el endurecimiento de las sanciones internacionales”, más adelante reafirma sus predicciones, aderezando con factores de orden interno: “…la necesidad de redoblar esfuerzos para mejorar el clima empresarial, la transparencia y el marco de gobernanza”.

Las afirmaciones del comunicado en cuestión son referentes a lo interno para reafirmar la perversa, delincuencial y silenciosa alianza entre la cleptocracia gubernamental y la mafia financiera, agroexportadora y ejecutora de las más flagrantes violaciones de los derechos de los trabajadores: cero tolerancia a las organizaciones sindicales y el derecho a huelga, además de “negociar” unos ajustes salariales entre los líderes de las mafias organizadas para tales menesteres: sindicatos blancos, sicarios ministeriales y empresarios oligarcas.

Pero las cifras y los hechos, desmienten totalmente ese “exitoso desempeño económico” avalado por el FMI; 11.2% de inflación acumulada en 2022, la más alta de Centroamérica; la canasta básica en casi 19 mil córdobas, equivalente a tres salarios mínimos; 1 millón 300 mil nicaragüenses padeciendo hambre (20% de la población total) y más de 300 mil emigrados en 2022; pero lo que es más grave aún, es la falta de un programa socioeconómico que apunte a disminuir el creciente desempleo estructural, los pavorosos indicadores sociales que día a día vulneran la paz social, la convivencia ciudadana y los derechos de los grupos sociales menos favorecidos, como son los  indígenas, los jóvenes y las mujeres.

Sandinismo y neoliberalismo son caras de la misma moneda, el capitalismo salvaje que nos receta la dictadura y sus silenciosos aliados es inviable, al igual que su modelo político; el proceso de descontaminación que nos espera es largo y lleno de obstáculos; ojalá la ciudadanía no se deje engañar, nuevamente, por promesas politiqueras y triunfalismos fantasiosos. Los embaucadores están plenamente identificados, allá nosotros si permitimos la continuidad destructiva de los malos hijos de Nicaragua.

Ezequiel Molina

Enero 30, 2023.