Dictan prisión preventiva para el expresidente Juan Orlando Hernández

El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue enviado a prisión al menos hasta el 16 de marzo, resolvió el juez que celebró el miércoles la primera audiencia por el pedido de extradición a Estados Unidos que lo reclama por narcotráfico, anunció el portavoz de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Melvin Duarte.

El juez “ha resuelto decretar detención provisional al ciudadano Juan Orlando Hernández Alvarado a fin de garantizar su presencia” en la segunda audiencia el 16 de marzo, precisó el funcionario.

Plazo para las pruebas

A más tardar dos días antes de esa nueva audiencia Estados Unidos debe remitir al juzgado “las pruebas que sustentan la solicitud de extradición, así como la calificación de los delitos (…) y las penas que tengan relación con los cargos atribuidos al señor Hernández”, añadió el portavoz.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, Hernández fue trasladado a la sede de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional en donde quedará recluido.

El juez no encuentra que resulte procedente la medida de arresto domiciliario” solicitada por la defensa, subrayó el portavoz. Según Duarte, en otros casos los procesos de extradición no han demorado más de cuatro meses.

“¡No está solo!”, gritaban decenas de simpatizantes del Partido Nacional (PN, derecha) de Hernández que llegaron a apoyarlo frente a la Corte, mientras simpatizantes del ahora oficialista partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) celebraban la detención. Hubo conato de enfrentamientos entre ambos grupos.

Hernández, de 53 años, es acusado por el gobierno estadounidense de traficar unas 500 toneladas de cocaína a través de Honduras a sabiendas de que terminaría en Estados Unidos, indicó la embajada estadounidense en Tegucigalpa en un comunicado.

Detenido el martes en la puerta de su casa en Tegucigalpa por la policía hondureña en coordinación con agencias estadounidenses, entre ellas la agencia antidrogas DEA, Hernández no ofreció resistencia y dejó que le pusieran un chaleco antibalas y lo esposaran de pies y manos con cadenas.