Basando su inconformidad en el trato a los derechos humanos, el gobierno del presidente Joe Biden decidió dejar fuera de la Cumbre de las Américas a los dictadores de Nicaragua Venezuela y Cuba; sin embargo, al menos con los dos últimos ha sostenido acercamientos significativos recientemente.
La Casa Blanca envió en marzo a una delegación a Caracas, a fin de animar al régimen de Nicolás Maduro a volver a la mesa de negociación con la oposición, en busca de realizar elecciones libres. Con el régimen de Miguel Díaz-Canel, fue a la inversa, una delegación de La Habana viajó a Washington al mes siguiente a reestablecer los diálogos migratorios.
El secretario adjunto de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, dijo en entrevista con la VOA que, a pesar de no invitar a estos dictadores a la Cumbre de las Américas, la administración del presidente Joe Biden continuará impulsando diálogos con estos.
“El propósito de nuestras pláticas es promover la democracia y el respeto a los derechos humanos”, dijo el alto funcionario, sin embargo al ser tildados por el mismo Estados Unidos como “antidemocráticos”, se trata de una paradoja.
“El fin es el de promover cambios en sus políticas, que den más espacio para los derechos fundamentales de las personas y abran el paso a cambios democráticos”, apuntó Nichols.
Migración
Como había sido anunciado, Estados Unidos busca un consenso regional sobre el tema migratorio, que quedaría plasmado en la Declaración de Los Ángeles, pero Nichols no ofreció detalles sobre la posibilidad de que Canadá y España sean receptores de migrantes de manera legal.
“Solo digo que estamos en conversaciones con muchos gobiernos alrededor de la región”, especificó.
La política migratoria de la Administración Biden ha esgrimido como premisa fundamental el establecimiento de “una migración ordenada, legal y segura”, sin embargo los altos índices en la llegada de inmigrantes por la frontera sur, han sido pasto de las críticas de la oposición republicana en Washington.
China con los ojos puestos en la región
La influencia de China en el hemisferio no se detiene, países como Nicaragua, Venezuela o Cuba mantienen y potencian sus relaciones con el gigante asiático. Nichols explicó que el papel de Estados Unidos es solamente advertir a sus vecinos y no imponerles una política determinada.
“Nosotros somos el socio más importante de la inmensa mayoría de los países de la región (…) Estados Unidos ni dicen que los demás países no deben de tener relaciones comerciales con la República Popular de China sino que deben entrar en esas relaciones con los ojos abiertos”, concluyó.