Economía · 27/06/2020

“El mercadito” de la colonia del periodista y altos de Nejapa – Guillermo Cortés Domínguez

Más de 200 pobladores de la Colonia del Periodista y Altos de Nejapa, en el centro sur de Managua, se organizaron en WhatsApp y constituyeron “El Mercadito”, donde compran y venden a domicilio como una manera de mantener una cuarentena voluntaria ante el COVID-19 y para tener ingresos económicos ante la recesión y el desempleo. Más de medio centenar de proveedores entrega en la puerta de la casa.

Antes, en la Colonia del Periodista ya compraban y vendían de esta forma por medio de un grupo en WhatsApp creado inicialmente para informarse sobre la realidad nacional a partir del estallido social de abril del 2018, también en Altos de Nejapa, donde funcionaban los grupos “Cultura y más” y “Altos de Nejapa”. Estos vecindarios tienen antecedentes unitarios, como cuando elaboraron una calcomanía común para que los residentes de ambos sitios pudieran entrar y salir en sus vehículos.

Luego, refiere Jackeline Morales (34), un hijo, tres emprendedoras de Altos de Nejapa la contactaron con la propuesta de unir a consumidores y proveedores de ambas colonias y ella, aunque miró con buenos ojos la solicitud, tuvo que decirles que no podía disponer del grupo, porque tenía un carácter cerrado. Después encontró la solución y el 8 de mayo de este año creó “El Mercadito” con la lista de teléfonos celulares del grupo original de usuarios de la Colonia del Periodista. Lo puso a la orden de Claudia Romero del reparto vecino e incorporó los contactos que le dio ella. Así creció esta instancia de comercio comunitario.

Algunos pequeños negocios ya tienen su propia marca: La Bocata, Delicias Catrachas,

Tacos Clementina, Lácteos la Chinita, Citrus & Fruits, Comer, Castillo de Regalos, Accesorios Pandora, Lácteos El Punto, Miel de Abeja, Sweet cupcake, Génesis bakery & coffe, Mini súper San José, Sabor y Romero, Mini súper Nejapa, Nativo (arte), Yacki’s Alimentos y Supharmacy. Y algunos también tienen sitio Web: https://www.facebook.com/Edithairmanagua/ y https://www.facebook.com/Yacki-Alimentos-106816934379982/  Algunos de estos proveedores aceptan pago mediante tarjeta de crédito o transferencia bancaria.

Un sueño: realizar una Feria

Claudia Romero, administradora de un grupo en Altos de Nejapa, fue una de las personas que contactó a Jackeline Morales. Considera que existía la necesidad de unificar ambas zonas residenciales porque cuentan con muchos emprendedores y negocios. Señala que ante la pandemia del COVID-19 y la recesión económica que vive el país, “vimos necesario apoyarnos como comunidad. Ha sido un trabajo en conjunto y hemos recibido el apoyo de todos los emprendedores y residentes”. 

El grupo de Cultura, arte y deportes, en WhatsApp, inició en 2018 en Altos de Nejapa para recrear a los niños en el momento de la crisis sociopolítica que inició en abril de ese año, de acuerdo a Brenda Hernández, quien refiere que personas que quedaron sin trabajo comenzaron a hacer comidas y a promoverlas en este grupo y así surgió “Tacos Clementina” y se fueron sumando farmacias, pulperías, el mini exprés, etc. “Ya existía “La Bocata” en el reparto Altamira y luego su propietaria, doña Maritza, aprovechó el grupo para promoverlo en su casa de habitación. Yo siempre aproveché para vender productos que traía de la finca”.

Brenda Romero tiene un sueño: realizar una feria con todos los proveedores, para los consumidores de Altos de Nejapa y la Colonia del Periodista. Según Jackeline Morales, hay reglas mínimas: ser habitante de ambos repartos; respeto a un horario para que el grupo no sea molesto para ningún participante, y que en las ofertas se diga todo (producto, precio, cantidad, calidad, si hay entrega a domicilio, etc.), para no estar poniendo varios mensajes y evitar el atiborramiento en la plataforma. 

Lo que ha pasado en dos meses, es impresionante, como se observa en la historia de Carlos Roberto Larios Lacayo (31) y su esposa Cristian Eloísa Gutiérrez (28) –licenciados en mercado y publicidad—, quienes tienen dos niñas, una de siete años y otra de nueve meses. Vivían en la cercana ciudad de Masaya y trabajaban en Managua, en las tiendas Simán y La Curacao, pero a finales del año pasado casi simultáneamente ambos perdieron su empleo y tuvieron que venir a vivir a la capital a la casa de la mamá de Carlos, en Altos de Nejapa.

Con US$50.00 despegó y ha crecido exponencialmente

Antes que pudieran hacer algo, gastaron en pagos las liquidaciones que recibieron en sus trabajos, pero con un capital semilla de 50 dólares que les regaló la mamá de Carlos comenzaron a vender limones, que estaban caros y muchos saliendo secos. Buscaron proveedores en la ciudad de Masaya, aprovechando los contactos de su esposa que es de esa ciudad e hicieron cuatro exitosas ventas seguidas. ¡Qué emoción! Los primeros ingresos.

Prevalece la cercanía, la familiaridad, en “El Mercadito” como se aprecia en los siguientes diálogos:

Una proveedora exhorta: “Pida sus limones y aguacates maduros. Hasta la puerta de su casa”.

Dos minutos después: “Guárdemeeeeeeeeeeeee”.

–“¿Qué cantidad de arroz con dulce de leche es, Sayali?”.

–“Hola profe Belkis, su precio es de C$120 y es un frasco 9 de onzas, –le responde.

–Excelente.

— En cuanto baje un poco la lluvia se lo haré llegar.

–Gracias.

Buenas tardes. ¡Haga su pedido ya vecino!

Muchas gracias a todos los vecinos que nos apoyaron realizando su compra con nosotros. Nacatamales agotados. Será hasta el próximo fin de semana a partir del viernes. Feliz día, éxitos y bendiciones.

–Felicidades y Dios les prospere su negocio.

–¡Muchas felicidades, vecina! Éxitos y bendiciones.

— ¡Felicidades y éxitos!

Muchas gracias a todos mis clientes y proveedores de este fabuloso mercadito.

— Doña Anabelle, si gusta paso dejándoselo por su casa.

— Ando en la calle.

–Buenas noches, les comparto mi emprendimiento, el cual, con mucho amor, pasión, esfuerzo y gracias al apoyo de ustedes, está floreciendo. Tenemos variedad de productos.

Entonces los Larios-Gutiérrez bautizaron su negocio como “Citrus & Fruits”. Un tío de Carlos que vive en Rivas, les ofreció aguacates grandes y mantequillosos. Temían que se les maduraran y pudrieran, pero los vendieron rápidamente en un grupo de 30 viviendas de Altos de Nejapa.

Diversidad de productos

En “El Mercadito” se puede obtener alimentos como: queso, cuajada, crema y quesillo, nacatamales, sopa de res, churritos de queso, pan baguette, paninis y papas, huevos por cajilla, asados, enchiladas, tortillas, tacos, vigorón y chancho con yuca en “La Bocata”, canelones con vegetales salteados, pan de cena y galleta de chocolate, pizzas de jamón, peperoni, hawaiana y mixta, miel de abeja, sal gruesa condimentada, carne asada de res y cerdo por libra, tortillas, café Las Nubes, pupusas, chorizos colombianos, aceite de coco orgánico y frijoles cocidos.

Luego un vecino le habló al matrimonio Larios-Gutiérrez de “El Mercadito”, entraron en contacto con Jackeline Morales, quien les inscribió su número de teléfono en la plataforma digital y automáticamente sus clientes potenciales se cuadruplicaron, igual las ventas. Carlos va a los sembradíos donde están los productos, de ahí su lema “Del campo a su hogar”.

Como Cristian y Carlos observaron que otros comerciantes estaban vendiendo caros los plátanos, también los que entran con carretones o camionetas a los repartos, aceptaron vender los que les ofreció otro pariente. Estaba a seis u ocho córdobas la unidad. Trajeron 700 y los vendieron a cinco córdobas. Después fueron 1,300 y 2,000, que comerciaban también con pulperías y tajaderías.

Irving Larios (64), residente en Altos de Nejapa, de larga experiencia en organizaciones no gubernamentales, como consumidor considera que “El Mercadito” es “una experiencia de comercio comunitario alternativo, excelente iniciativa que se ha propagado para prevención de la pandemia del COVID-19, porque acerca a la casa los productos que de otro modo habría que buscar en centros de expendio masivos y de alto riesgo, como súper-mercados y mercados. Esto ha propiciado nuevos emprendimientos en la comunidad”. 

Han tenido una buena experiencia con el limón Tahití –grande, muy jugoso y sin semillas, Los Larios-Gutiérrez Entraron más competidores, lo que ha bajado el precio hasta 30 córdobas la docena. Luego comenzaron a vender naranja agria para darle gusto a la sopa y al arroz aguado, guanábanas, papaya india o criolla, melón “oro sólido”, piña, pitahaya, granadilla, calala, mamones, naranjilla, guayaba, grapefruit y toronja.

Postres, dulces, batidos y refrescos

Un hermano de Carlos que vive en Nueva Guinea le trae la dulcísima piña de ese lugar y en su ruta a Managua hace un periplo y compra banano en Juigalpa, calala en Boaco, melón en Sébaco y guayaba en Jinotega. Los otros proveedores son de San Carlos (toronja) Rivas (aguacate, plátano y naranjilla), Masaya (limón y papaya) y Las Sierritas de Managua (mamones).

“El Mercadito” ofrece postres, dulces, batidos y refrescos: torta de elote, banano o brownie, donas azucaradas, queques, cupcakes, arroz con dulce de leche, sopa de leche, perrerreque y pan de arroz, tres leches, dulce de leche, gelatina de uva y limón, cheesecake de maracuyá, refrescos y batidos, refrescos de pitahaya, ponche de frutas como papaya, sandía, melón y piña, batido energético de mango, avena, leche y miel, buñuelos, torta de limón, refresco de cacao, etcétera.  También choco bananos y popcicles.

“Es una experiencia fascinante ya que encuentro de todo tipo de productos frescos y con las mejores recomendaciones sanitarias y lo mejor es que me lo llevan a la comodidad de mi casa sin exponerme al virus”, opina de “El Mercadito”, Fernanda Sánchez.

Cristian se encarga de poner los precios, de la publicidad y de recibir los pedidos; y Carlos busca a los proveedores y hace las entregas a los clientes, primero en camionetas que le prestaban su mamá o un hermano, pero gastaba mucha gasolina, por lo que ahora en una bicicleta prestada lleva sus productos a las puertas de las casas. La próxima semana comprará una bici y le pondrá una canasta para facilitar el transporte.

Esta pareja buscaba el éxito, indudablemente, pero lo que han obtenido en casi dos meses, los ha dejado sorprendidos. “Se me paran los pelos de los brazos al pensar en eso”, dice Carlos. Cree que las razones del éxito que tienen son: excelente producto, bajo precio y garantía de calidad. Si alguien se queja de, por ejemplo, falta de jugo en limones y naranja agria, se los reponen. Han tenido cuatro casos de este tipo.  “Prefiero perder una parte de la ganancia que perder a un cliente”. Por supuesto, la plataforma digital de WhatsApp, ha sido fundamental.

Productos no alimenticios

Una diversidad de productos se encuentran en “El Mercadito”: cosméticos, línea para bebés, keratina para el cabello femenino, turbantes estampados, insecticida “Mosquita Muerta”, alfombras de piso, carteras y chinelas para varones, boinas para hombres, “moisés” para bebés, colonia Old Spice, carteras para mujer, ropa semi-nueva, cuna de caoba, mosquiteros para bebé, carteras y accesorios para mujer, collares de perlas de río y piedras semipreciosas, artesanías (pinturas), calzoncillos, sombrillas para niños, billeteras para damas, alcohol en gel de bolsillo, carbón (para cocinar a fuego lento, rico y económico), atomizadores, y más.

Estos jóvenes ya están haciendo planes para ofrecer verduras a mediados de julio e iniciaron una expansión hacia un residencial que está al sur, Bosques de Nejapa, donde les vende sus productos a cinco familias. Saben que hay un mercado potencial entre quienes no están con sus números de celulares en “El Mercadito”, en WhatsApp, y llegarán a ellos mediante moscas, volantes y perifoneo.

Ya planifican un pequeño supermercado en un galeón en la casa de la mamá de Carlos. Construirán una estructura metálica y divisiones internas. Este dice que la diversificación ha multiplicado sus ventas y ganancias. “Si nos hubiéramos quedado solo con limones o aguacates o plátanos”, nonos irían tan bien como ahora”.

Un proveedor se dirige a los consumidores: “Buenas tardes. ¡Haga su pedido ya vecino! Otro, muestra su agradecimiento: “Muchas gracias a todos los vecinos que nos apoyaron realizando su compra con nosotros. Nacatamales agotados. Será hasta el próximo fin de semana a partir del viernes. Feliz día, éxitos y bendiciones”. Esa palabrita “bendiciones” se cuela por todos lados pues hay algunas personas religiosas. Dos clientas le responden: “Felicidades y Dios les prospere su negocio”; y, “¡Muchas felicidades, vecina! Éxitos y bendiciones”. La proveedora de nacatamales reitera su agradecimiento: “Muchas gracias a todos mis clientes y proveedores de este fabuloso mercadito.

Consumidor: una experiencia extraordinaria

El periodista Juan Ramón Huerta (62), dos hijas, ex docente de  Comunicación, en la UCA, es un cliente satisfecho: “Ha sido una experiencia extraordinaria para evitar salir de casa y evitar el contagio. Los y las emprendedoras son muy amables, conversadores y atentos. Lo curioso es que ofrecen un abanico de productos que satisfacen la demanda y principalmente los antojos.

“Entre los aspectos a destacar está la cuchara, he probado solo dos platos: además del ya conocido en “La Bocata”, debo destacar los asados de doña Mariela de la casa 45, son deliciosos también el cacao; y las baleadas de “Delicias Catrachas” hechas por Rossy, la joven hondureña que le da un sabor original. Los quesos de don Róger en “La Chinita”, con sabor chontaleño, los antojos de Jacqueline, sus buñuelos, nacatamales y los nacatamales y buñuelos de Merceditas Rivas, una delicia. Estamos frente al comercio comunitario del futuro”.

Un día de estos a las 7:52 p. m. Merceditas Rivas publicó: Estimada vecindad estoy levantando pedidos para buñuelos a entregar el día de mañana martes 23 de junio y celebrar al padre con una rica y tradicional buñuelada. Entregas después de las 12:00 m. Valor 5 c/u, ricos y crujientes cargados de queso. A partir de esto se recibieron en los siguientes minutos los siguientes pedidos: 7:53 p. m. Merceditas quiero 6 buñuelos, Ma. Helena. 7:58 p.m. Yo quiero 4 buñuelos. Colonia el Periodista casa # 121. Merceditas acusa recibo a las [8:07 p. m. Con gusto anoto sus pedidos. Y aprovecha para enviar otro mensaje: Les recuerdo que el delivery es gratis después de 10 unidades. Por menos cantidad les pido pasar retirando por la casa 22, Colonia del Periodista. A las 8:13 p. m. un pedido de Juan Ramón Huerta: Merceditas me dejas 6 buñuelos. A las 8:22 p. m. Hola Merceditas, te encargo 10 buñuelos. Casa #136. Y así…

En “El Mercadito” también ofrecen productos anti COVID-19 y enfermedades respiratorias: mascarillas, mascarillas R-95 y N-95, vitamina Cevitrán, Ivermectina, Alfacor, medicamentos desparasitantes, oxímetros ampollas bebibles de protección antioxidante para reforzar el sistema inmunológico, termómetros infrarrojos, máscara facial, servicio de puesta de inyecciones y de aplicación de oxígeno.

Jackeline morales no solo es fundadora de “El Mercadito”, también diseñó su logotipo, es la administradora de esta plataforma digital y tiene su propio negocio bajo la marca Jacki´s, siendo su producto estrella los tostones congelados (sabrosos y crujientes), unos en forma de canasta y otros al modo tradicional. Además, ofrece tequeños de queso y papas campesinas. Ocasionalmente vende arroz con leche, nacatamales y buñuelos. En estos dos últimos productos hay una fuerte competencia.

Proveedores son también compradores

La mayoría de los emprendimientos aún no tienen marca, como: Kamila, distribuye líneas de productos para bebé; Renné Eduardo, pizza; Cenelia, tortillas, lácteos, frijoles cocidos, carbón, etc.; Violeta, huevos de granja; Enma, verduras; Fernando, carteras y accesorios para damas;

Yahaira, turbantes y accesorios para el cabello; Lasser, frutas y vegetales; Brenda, limones, mangos y aguacates; Mariela, asados; Álvaro, seguros para vehículos; Sandra, Bienes Raíces; y hay más.

Desde antes del surgimiento de “El Mercadito”, la periodista Merceditas Rivas ofrecía en su vecindario diversas comidas y con el paso del tiempo se fueron destacando sus buñuelos de yuca y sus nacatamales. Un día de estos ofreció esta comida tradicional de masa de maíz con arroz, cuadritos de papa, tomate, yerba buena, carne de cerdo y aderezos como pasas y aceitunas. Pidió que hicieran sus encargos y en cuestión de minutos fue superada la cantidad que haría así que tuvo que elaborar muchos más. Elabora tantos buñuelos que tuvo que modificar su cocina hogareña por una semi-industrial.

El negocio “Sazón & Romero” ofrece: jaleas, yogurt, mayonesas y salsas artesanales, postres, sopa de tortilla y gazpacho andaluz, y arroz con camarones, postres; Tacos Clementina vende té, tacos de res, cerdo, pollo, queso, papa, y gallo pinto; D´licias Catrachas, sirve desayuno, mega hamburguesas, mega hotdogs y una especie de taco que llama mega baleadas; La Bocata tiene para sus clientes: cerdo frito, pollo con papas, tortitas de carne, arroz, ensalada, guiso de pipián, frijoles, maduro, plátano cocido y arroz con piña.

Casi todos los proveedores en otro momento son compradores: quienes venden batidos y refrescos consumen las frutas que otros ofrecen, otros vendedores son clientes asiduos de los mini súper, emprendedores piden comida después de un día largo de trabajo, etc.  “Así que –señala Jackeline Morales– el consumo y la venta tiene un movimiento circular entre todos los integrantes de “El Mercadito”.

Con la publicación del siguiente mensaje en la plataforma digital, comenzó la elaboración de este reportaje.

Saludos a proveedores y compradores de “El Mercadito”. Quiero hacer un trabajo periodístico sobre esta positiva experiencia comunitaria que ofrece algunas soluciones ante las limitaciones de movilización causadas por el COVID-19. Para comenzar, les solicito responder lo siguiente a quienes quieran contribuir:  1. ¿Cómo comenzó esta idea de “El Mercadito”? y 2 ¿Cómo ha ido creciendo la oferta de productos y el mercado de compradores?  Favor responder a: (memin@riseup.net).

Los collages fueron realizados por Jackeline Morales. Las fotografías fueron tomadas de Google.