Opinión / Ensayos · 15/09/2022

El Mundo del 15 de septiembre de 2022

*Por Oscar René Vargas

Guerra de Ucrania

En el sur, donde también ha habido avances ucranianos, pero mucho más modestos, los combates en campo abierto no son favorables a las fuerzas de Ucrania, que debería poner en juego muchos más efectivos, mucha logística, mucha munición y una mayor potencia de fuego. En esa zona, de momento, Rusia tiene la ventaja con su captura de la ciudad de Jersón en las primeras etapas de la guerra, considerada por el Kremlin como un bastión esencial para la defensa de la península de Crimea.

Que Rusia se esté precisamente centrando en la defensa de Jersón debería poner nerviosos a los mandos de la OTAN, en buena parte responsables del éxito de la contraofensiva ucraniana. El enroque ruso en Jersón, en la orilla occidental del río Dniéper, apunta a eventuales planes del ejército ruso para abrirse camino por la llanura ucraniana hacia el noroeste y hacia la propia ciudad de Odessa. Cerrada ya la vía diplomática para resolver este conflicto, la guerra puede ser muy larga y con otros escenarios, no solo el Donbás o el sur de Ucrania.

El propio ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, ya lo ha advertido. Con este alargamiento hacia el este, el ejército de Ucrania puede ser ahora mucho más vulnerable a una respuesta contundente de Rusia, si es que pueden dar ese contragolpe las fuerzas rusas. No solo es necesario capturar territorio al enemigo. Hay que mantenerlo y para ello se precisa el apoyo de la población local, que no será muy amistosa en la zona del Donbás o en las cercanías de Crimea. Esos riesgos se incrementan si la ofensiva se prolonga en el tiempo, con el otoño a la vuelta de la esquina y el gélido invierno ucraniano no mucho más lejos.

Estos repliegues rusos sobre el teatro bélico del este y del sur de Ucrania pueden apuntar dos cosas: el desgaste de más de medio año de campaña militar está cobrándose un altísimo precio en la maquinaria bélica rusa, o Rusia está retrocediendo para tomar impulso y asestar un golpe mortal a sus contrincantes ucranianos cada día más dependientes del apoyo occidental.

«Vemos el éxito ucraniano en Jersón ahora. Vemos también cierto éxito en Járkov. Y esto es muy, muy alentador», dijo el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. Un día antes, Austin había anunciado que Estados Unidos aprobó una partida adicional de armamento por un valor de US$ 675 millones de dólares para ser enviado a Ucrania. Este nuevo aporte eleva a US$ 15.200 millones de dólares la asistencia militar de EEUU a Ucrania desde enero del año 2021.

El ex oficial de Inteligencia estadounidense William Scott Ritter, quien estuvo en Irak como inspector de armamento de la ONU. Fue muy crítico con las razones que llevaron a la invasión de Irak por Estados Unidos, como la presunta existencia de armas de destrucción masiva en el país árabe. Ritter describe la primera fase del conflicto como un periodo en el que, “mientras Rusia estaba ocupada destruyendo el Ejército ucraniano en el campo de batalla, Ucrania estaba ocupada reconstruyéndose. En una segunda fase, Rusia se enfrentaba a tropas ucranianas entrenadas por la OTAN, pero el grueso de esas fuerzas se mantenía en la reserva”, agrega Ritter

En la tercera fase de la guerra, Rusia “se enfrenta a una fuerza que logísticamente se sostiene sobre la OTAN, está entrenada por la OTAN, recibe datos de inteligencia de la OTAN y trabaja en coordinación con los planificadores militares de la Alianza». La actual contraofensiva ucraniana debe entenderse, según el experto, “como el comienzo de una nueva fase que no es un conflicto entre Rusia y Ucrania, sino entre la OTAN y Rusia». Y añade que la guerra fue orquestada y puesta en marcha precisamente por la OTAN.

Reconoce que la velocidad del actual avance ucraniano ha sido inesperada, así como sus tácticas. El apoyo de la OTAN y la Inteligencia suministrada en esta contraofensiva «parece haber tomado a los rusos por sorpresa», agrega. «Pero el ejército ruso es extremadamente adaptable”, advierte Ritter. El horizonte es muy negro en ese sentido. Ucrania se desgastará o luchará hasta su destrucción. O también la OTAN gastará su capacidad para continuar suministrando armas al ejército ucraniano.

El presidente de EEUU, Biden, aseguró que la guerra todavía parece tener un largo camino a pesar del reciente éxito de Ucrania, mientras su gobierno discute con el Congreso medidas análogas contra Rusia en lugar de las que conlleva una designación de Estado patrocinador del terrorismo. Un día después de hablar por teléfono durante 90 minutos con Putin, el canciller alemán, Scholz, comentó ante periodistas en Berlín que el mandatario no cree que la invasión, iniciada el 24 de febrero pasado, haya sido un error y que no hay indicios de que estén surgiendo nuevas actitudes.

Europa

La difícil situación que se empieza a vivir en Europa debido al corte del suministro de gas por Rusia, con una inflación disparada por la subida de los precios de la energía y la amenaza de una recesión inminente, precisa de buenas noticias procedentes del frente bélico. La sangría no es solo por el coste del gas ruso. Hace unos días, el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, fue claro: «Las existencias militares de la mayoría de los Estados miembros se han…, no diría agotado, pero han mermado en una alta proporción, porque hemos brindado mucha capacidad a los ucranianos».

La economía de Europa está al borde del colapso que se lo traga todo: el Producto Interior Bruto, la producción industrial, los pedidos, las ventas, las exportaciones, el empleo, el consumo… Todo ello con el estruendo de fondo de una inflación galopante que aturde las economías europeas. El mes de julio la inflación en la Eurozona alcanzó el 8,9% y se espera que supere los dos dígitos en breve. Mientras la inflación se contiene y se va rebajando poco a poco en Estados Unidos, en Europa ocurre lo contrario. Se evidencia de nuevo que el coste de la guerra es más alto en Europa.

Serán los europeos de a pie quienes afronten la inflación con pérdidas adquisitivas y una fuerte reducción en el consumo que no serán aliviadas por aumentos salariales compensatorios. Los datos del Purchasing Managers’ Index (PMI), el llamado Índice de Gestores de Compras, este indicador macroeconómico muestra la evolución de la economía de los países en base a consultas mensuales a sus empresas más importantes. Los datos mostraron cómo las economías de Alemania y Francia tuvieron una contracción en el mes de agosto, con una remarcada caída en el consumo en los hogares. El índice cayó desde el 49,9 de julio al 49,2 de agosto. Toda marca por debajo de 50 apunta una caída en la actividad y en este caso pone de manifiesto una bajada acelerada en toda la Eurozona.

Según el informe de la empresa S&P Global Market Intelligence sobre la evolución del PMI, el resto de las economías de la Eurozona se han visto arrastradas por Alemania y Francia en esa contracción de la actividad en el sector privado, con caídas en el ámbito manufacturero y bajadas de la demanda privada que han dejado numerosos stocks de productos sin vender y han hundido las esperanzas de recuperación. Los vaticinios apuntan a que la inflación en Gran Bretaña pueda superar el 18% en la primera mitad de 2023, según el Citi Bank. En julio los precios subieron ya un 10,1%, su ritmo más elevado en cuatro décadas. La nueva primera ministra británica tendrá que afrontar un desafío en las calles que, quizá, podría servir de acicate para que en la Unión Europea se desaten protestas similares.

Alemania

El Bundesbank ha indicado que parece «inevitable» que Alemania entre en recesión en los próximos meses, con cifras de inflación superiores al 10%. El sector industrial germano sufrirá con especial intensidad la reducción del gas ruso, del que Alemania depende y que no ha podido ser sustituido aún por el gas licuado procedente de EEUU y el gas natural de otros vendedores. La sequía, que afecta en Alemania tanto a la agricultura como a la industria, y la ruptura de los canales de distribución internacional de los bienes alemanes por el confinamiento de China y las sanciones lanzadas contra Rusia, uno de los principales socios comerciales de Alemania, han terminado por descarrilar la locomotora alemana. Casi la totalidad de las empresas alemanas considera que en los meses venideros habrá recesión. La guerra en Ucrania ha torpedeado el sistema de expansión de la economía alemana, basado en la importación de energía barata procedente de Rusia, la compra de bienes de base para la industria y la exportación de productos de alta calidad.

Francia

En Francia, la dependencia de los hidrocarburos rusos no es la de Alemania, pues un 70% de la electricidad francesa proviene de la energía nuclear. Pero, el sector atómico ha mostrado sus numerosos fallos debido al envejecimiento de los reactores, que rozan la obsolescencia en algunos casos. A los problemas energéticos se une el estancamiento general de la economía. En el segundo trimestre del año el PIB apenas creció un 0,5%, el porcentaje más bajo de toda la Eurozona. Y las perspectivas de remontar la recesión no son buenas. Sobre todo cuando se acelera el presupuesto nacional para alcanzar un incremento en los gastos de defensa cercanos al 2% del PIB y cumplir así ese compromiso adquirido en el marco de la OTAN.

Suecia

Magdalena Andersson, la primera ministra de Suecia, anunció su dimisión después de que el escrutinio de centenares de miles de papeletas que quedaban pendientes haya confirmado la victoria del bloque de la derecha en las elecciones del domingo 11 de septiembre. Los escaños obtenidos por la ultraderecha, los conservadores, los cristianodemócratas y los liberales alcanzan la mayoría en el Riksdag (Parlamento). Suman 176 diputados, tres más que los cuatro partidos de la mitad izquierda del arco parlamentario sueco.

La victoria del bloque de la derecha augura una ardua negociación para la formación del futuro Gobierno. Los moderados, los cristianodemócratas y los liberales han defendido durante la campaña la opción de formar un Ejecutivo de derechas con el apoyo parlamentario de la ultraderecha del partido “Demócratas por Suecia” (DS. De manera tibia, la derecha tradicional (conservadores y democristianos) ha dejado caer la posibilidad de ofrecer alguna cartera ministerial a los extremistas.

Armenia / Azerbaiyán

Armenia y Azerbaiyán negociaron un alto el fuego para poner fin a una ronda de combates, iniciados desde el lunes, que han causado la muerte de 155 personas, informó Armen Grigoryan, secretario del Consejo de Seguridad armenio. El anuncio de la tregua se produjo después de dos días de intensos combates que supusieron el mayor brote de hostilidades entre ambas naciones en casi dos años. Las dos antiguas repúblicas soviéticas están enfrentadas desde hace décadas por la región de Nagorno Karabaj, que forma parte de Azerbaiyán pero está bajo el control de fuerzas armenias étnicas respaldadas por Armenia desde que terminó la guerra separatista en 1994.

Estados Unidos

El secretario de Trabajo de EEUU, Marty Walsh, organizó conversaciones en Washington con líderes de ferrocarriles de carga y sindicatos, para evitar un inminente paro que podría interrumpir el transporte de carga y dificultar el abastecimiento de alimentos, mercancías y combustible y con ello avivar la inflación. Los ferrocarriles, entre los que se encuentran Union Pacific y Norfolk Southern, tienen hasta un minuto después de la medianoche del viernes para llegar a un acuerdo con tres sindicatos, que representan a 60 mil trabajadores, antes de que comience el paro. Los sindicatos evalúan las ofertas de aumento salarial.

La estrategia del Partido Demócrata ha llevado al límite una táctica que ha funcionado en algunas ocasiones anteriores. Se trata de apoyar en el partido rival a los candidatos más extremistas en la esperanza de que ahuyenten el voto moderado e independiente cuando llegue el momento de la verdad, en las próximas elecciones del 8 de noviembre. El Partido Demócrata se ha gastado decenas de millones de dólares en publicidad para interferir en las primarias republicanas. Han tenido éxito en cinco casos (John Gibbs, Doug Mastriano, Darren Bailey, Don Bolduc y Dan Cox) y en muchos otros más también lo han intentado.

Algunos demócratas no comparten esa táctica electoral. Por un lado, apoyar, aunque sea de forma encubierta, a candidatos que niegan la victoria de Biden resta algo de credibilidad a su mensaje de que los trumpistas extremos son una amenaza para la democracia. Por otro lado, es jugar con fuego. Si los demócratas cometen un error de cálculo y al final sus candidatos son derrotados, los elegidos para algunos puestos clave como gobernadores, senadores o representantes serán eso: trumpistas extremos.

Venezuela

Venezuela está lista y preparada para abastecer el mercado petrolero y gasífero mundial, dijo el presidente Maduro, que condenó la crisis generada por las irracionales sanciones contra el crudo ruso tras la invasión de Ucrania. Indicó que su gobierno viene recuperando sustancialmente la industria petrolera, cuya producción cayó a mínimos históricos tras años de desinversión y falta de mantenimiento. Hoy ronda 700 mil barriles diarios cuando llegó a producir 2.3 millones de barriles por día en 2002.

Argentina

La inflación en Argentina crece a un ritmo inédito en tres décadas. En el segundo país de América Latina con mayor aumento de precios, sólo por detrás de Venezuela, el IPC avanzó un 7% en agosto respecto a julio, según el dato difundido por el Indec, el instituto público de estadísticas. En lo que va de año, los precios aumentaron un 56,4% y el salto interanual fue del 78,5%, el más alto desde 1991. Las consultoras privadas prevén que la inflación del país sudamericano roce la barrera del 100% al finalizar el año. El Gobierno sabe que el dato del IPC será alto también en septiembre, pero apuesta a una desaceleración en el último trimestre del año que aleje el fantasma de la hiperinflación y permita cierto optimismo de cara a 2023, cuando los argentinos están convocados a las urnas para elegir al próximo presidente del país.

México

La descomposición e implosión del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha empezado a la vista de todos sin que nadie sepa a ciencia cierta dónde estará su final. Gobernó México durante más de 70 años consecutivos, hasta que perdió su poder con la llegada del siglo XXI. Desde el mandato de Enrique Peña Nieto, entre 2012 y 2018, el PRI no ha dejado de vaciarse en las urnas. La transfusión de militantes y cargos públicos hacia las filas del actual Gobierno está desangrando al partido. Los que no se integran a MORENA, partido de gobierno, se refugian en una alianza opositora de derecha. La difusa ideología del PRI propicia esta doble diáspora que manda a unos a MORENA y a otros al lado del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), su eterno rival y ahora aliado.

Hasta hace una década, el partido mantenía firme su poder territorial, con una veintena de los 32 Estados mexicanos bajo su bandera. Las redes caciquiles atrapaban entonces el voto de dos tercios de la población. Hoy, sólo conserva Coahuila y el Estado de México, la joya de la corona, emblema y cantera de presidentes. En las últimas elecciones presidenciales fue la tercera fuerza política y el enorme arrastre de votos que todavía gestiona MORENA mantiene a la oposición con la cabeza debajo del agua. La corrupción que lastra al PRI en nada ayuda.

China / Rusia

La guerra de Ucrania y la presión occidental para situar a Rusia y China en un renovado «eje del mal» ha acercado más a Moscú y Pekín, que ya fomentan su alianza global sin reservas y a pesar de los reveses que Rusia pueda sufrir en el campo de batalla. Putin y Xi apuestan por un nuevo paradigma energético que sirva de alternativa al suministro ruso de hidrocarburos a Europa, permita capear la recesión en ciernes y debilite la incidencia de las sanciones occidentales habidas y por haber. China quiere trabajar con Rusia codo con codo para “promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y racional”, afirmó el responsable del Partido Comunista Chino para Asuntos Internacionales, Yang Jiechi, tras una reunión con el embajador ruso en Pekín, Andréi Denisov.

El incremento de las tensiones de EEUU y China sobre Taiwán, y los problemas económicos que China sufre derivados de la grave crisis inmobiliaria, la sequía y los efectos aislacionistas de la política Covid Cero, han reforzado la alianza con Rusia. A su vez, Rusia ve en China un aliado para afrontar sobre todo los efectos de las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania.

La alianza sino-rusa podría ser clave para que Rusia aguante el desgaste de la guerra, sustituya algunas de sus exportaciones de gas y crudo a Europa por el suministro a China e India, y debilite el sistema de sanciones con ese nuevo paradigma de pagos internacionales que surfea al dólar y el euro. Pero su posición ante China es desigual. China tiene la sartén por el mango en sus relaciones económicas con Rusia y la balanza comercial se inclina hacia el lado chino.

China necesitará de todos los recursos posibles para retomar su expansionismo económico. Con una Europa comida por la inflación y mareada por las advertencias estadounidenses sobre la maldad china con Taiwán, Rusia es el bastón que China tiene más a mano. En su alocución de Vladivostok, Putin fue tajante: «Por mucho que alguien quiera aislar a Rusia, esto es imposible». Las alianzas en la región «proporcionarán a nuestra gente colosales nuevas oportunidades», agregó.

Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)

La legendaria ciudad de Samarcanda, en Uzbekistán, acogerá el 15 y 16 de septiembre la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), integrada por China, Rusia, India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán. Asia Central es uno de los escenarios donde se está fortaleciendo más la cooperación entre Moscú y Pekín. En la cumbre de Samarcanda estarán presentes todos los miembros de la OCS.

La guerra de Ucrania y sus consecuencias políticas y económicas han puesto más de relieve para los dos países la necesidad de forjar una sólida alianza en un área del mundo donde es más débil la presencia de su principal antagonista global, EEUU. Es en Asia Central, en la cuenca del mar Caspio, donde se concentran también algunos de los mayores yacimientos de hidrocarburos del mundo, que, si hasta hace bien poco tenían como principal cliente potencial Occidente, ahora son China e India los mercados con mejores perspectivas de desarrollo.

La cumbre que celebran Putin y Xi será su primera reunión desde el inicio de la guerra de Ucrania el pasado 24 de febrero. Un mes después de la cita de Samarcanda, el 16 de octubre, Xi protagonizará en el XX Congreso del Partido Comunista Chino, donde está prevista su reelección por tercera vez para dirigir su país, algo inédito en el proceso político de China. En la reunión de Samarcanda los dirigentes ruso y chino podrían abordar la inyección de inversiones chinas en los sistemas de gasoductos del sur de Siberia destinados a transportar gas ruso hacia China o la construcción de nuevos conductos de combustible desde las reservas del Caspio hacia el gigante asiático.

Tampoco sería descartable alguna propuesta en materia de seguridad para el continente asiático. Rusia y China han incrementado en los últimos meses su cooperación militar con la participación en maniobras conjuntas en Siberia, el mar de Ojotsk, el mar del Japón y el de China Meridional, con un creciente interés por parte de India, algunos de cuyos efectivos han tomado parte en esos ejercicios. Ninguno de los dos países olvida que en la cumbre de la OTAN celebrada en junio en Madrid, el concepto estratégico de la OTAN los definía de hecho como contrincantes. En el caso ruso como una amenaza abierta y en el chino como un desafío para la estrategia comandada por EEUU en la región de Asia Pacífico.

India / Rusia / China

La incorporación de India a las maniobras Vostok de principios de mes despertó una especial preocupación en EEUU. Ahora, el acercamiento entre India y China ha alertado a EEUU, que ve quebrada su intención de trazar una línea entre quienes suscriben su estrategia global y quienes la rechazan totalmente. India, viene a decir que ese mundo bipolar no entra en sus planes geopolíticos y que su interés en el gas y el petróleo rusos es clave para su propia hegemonía en el sur de Asia (ante Pakistán y Australia, por ejemplo).

Israel

El 15 de septiembre de 2020, dos países del Golfo, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, firmaron los denominados Acuerdos de Abraham, por los que establecen relaciones diplomáticas con Israel. Eran los primeros países árabes en hacerlo desde Jordania (1994), rompiendo un paradigma fundamental en Oriente Próximo, subrayado en la Iniciativa de Paz Árabe de 2002: sin acuerdo de paz con los palestinos, no habría reconocimiento. El fin del tabú abrió la puerta a otros: Sudán y Marruecos se sumaron en octubre y diciembre respectivamente. La cooperación militar se ha reforzado, el comercio crece con rapidez y hasta 450.000 israelíes han volado a EAU.

El pasado mayo, Israel firmó con EAU su primer acuerdo de libre comercio con un país árabe, que eximirá de aranceles al 96% de sus intercambios comerciales. Israel, EAU y Bahréin participaron el pasado noviembre en un ejercicio naval en el mar Rojo liderado por EEUU. Ese mismo mes, Israel y Marruecos firmaron un acuerdo de cooperación militar inédito en el mundo árabe que abre la puerta a la venta de armamento. Ya hay vuelos directos entre Tel Aviv y Abu Dabi, Dubái, Manama, Casablanca y Marrakech. Los ministros de Exteriores de Israel, EEUU, Egipto, EAU y Marruecos dieron un paso más el pasado marzo con la creación del embrión de una suerte de alianza defensiva regional frente a Irán.