Nacionales · 19/01/2021

El primer candidato a la “cadena perpetua” es Ortega, refiere Félix Maradiaga

El dirigente opositor Félix Maradiaga, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), rechazó este martes la aprobación de la reforma al Artículo 37 de la Constitucional Política de Nicaragua que instaura la pena de “cadena perpetua” para quienes comentan “crímenes de odio”; no obstante, manifestó que el primer candidato a “cadena perpetua” sería el dictador Daniel Ortega.

“No estoy de acuerdo con la cadena perpetua, pero en todo caso, bajo los parámetros establecidos por esa ley espuria, el primer candidato a esa pena, sería el mismo Daniel Ortega”, dijo Maradiaga.

Para el dirigente opositor, la pena de cadena perpetua “es una muestra más de la desaparición del estado de Derecho en Nicaragua, pero además de ser una medida espuria que deberá ser revertida cuando exista un nuevo y legítimo gobierno en Nicaragua, es también una ofensa a la inteligencia y dignidad de la ciudadanía”.

Maradiaga expuso que la dictadura Ortega-Murillo usó como “excusa” para instaurar la cadena perpetua “el dolor de muchas familias nicaragüenses” víctimas de la violencia atroz. “Ha usado ese dolor como excusa para imponer una ley que será utilizada en contra de los opositores en Nicaragua”.

El politólogo criticó la “ola delincuencial” que se ha acentuado en el país a partir de la liberación de miles de reos políticos, subrayando el caso de la joven Katring López de 21 años de edad, asesinada en Jalapa por un exconvicto “liberado por el régimen”.

“La ola delincuencial y de inseguridad que sufre Nicaragua, es responsabilidad del régimen como lo demuestran varios crímenes vinculados a los casi 22 mil reos comunes liberados”, declaró.

“Estamos en un régimen que libera a violadores y asesinos, mientras mantiene en la cárcel a cientos de nicaragüenses que reclaman democracia”, reprochó.

Según la enmienda, la pena de prisión perpetua en Nicaragua, “será revisable, será aplicada de forma excepcional para la persona condenada por delitos graves cuando concurran circunstancias de odio, crueles, degradantes, humillantes e inhumanas que por su impacto causen conmoción, rechazo, indignación o repugnancia en la comunidad nacional”.