Corlen Janssen es una de las damnificadas de los huracanes Iota y Eta que en días recientes golpearon con fuerza en la ciudad de Bilwi, Puerto Cabezas. Esta mujer costeña relató que se encuentra en la calle junto a sus hijos y nietos, una familia de 16 miembros que se repartían en tres casas, y de las cuales ninguna quedó en pie.
“El primer huracán Eta vino (y) botó mi casa, y botó la casa de mis hijos, no se lo llevó todo, sino que lo botó al suelo. Nadie nos dio agua ni comida, nada, estábamos ahí entre lluvia con nuestros hijos, con nuestros nietos. Vino en cuatro días este huracán tan fuerte (Iota) que ahí sí nos llevó toda la casa”, dijo la mujer en entrevista con la periodista Georgina Vargas.
Corlen contó que luego que Iota pasó, –las casas que en esa zona del país son en su mayoría de tambo (madera)– buscaron los restos de sus viviendas, lo que ha traído “pleito” entre los vecinos, pues cada quien quiere adueñarse del trozo de madera que va encontrando entre los escombros.
“Están desesperados buscando su pedazo de madera, el otro dice ‘este es mío’, el otro dice ‘este es mío’ y están el poquito de madera que recogimos y son tres casas. Ayer hubo pleito, hasta uno estuvo con arma, machete, porque todo mundo quiere su pedacito de madera y todo mundo está desesperado. Uno dice ‘esta es mi madera’ otro dice ‘esta es mi madera’ entonces hay pleito”, relató.
“No tenemos agua, no tenemos comida, todos estamos esperando la noche que caiga. Mis hijas y yo nos quedamos sin casas, estamos en una casa de mi hermana, pero está muy lleno, ahora pienso yo quedarme aquí, poner una hamaca y dormir”, agregó.
La mujer hizo un llamado a las autoridades a ayudarlos, especialmente requieren colchones, clavos y láminas de zinc.