Nacionales · 20/04/2022

Familia niquinohomeña en el exilio, no se arrepiente de haber respaldado la lucha de abril 

*Por Voces en Libertad

Xóchitl Moraga, se involucró en la resistencia cívica porque la reforma al seguro social afectaba la pensión que recibía su hija 

El 15 de julio del 2018 policías y paramilitares llegaron con armas de fuerte calibre, a eso de la cinco de la mañana, a aplastar la resistencia cívica que mantenían los jóvenes en la entrada al municipio de Niquinohomo, quienes al ver que sus atacantes venían con armamento pesado y un mayor número de personas, decidieron no oponer resistencia y buscar de inmediato un refugio seguro para preservar sus vidas. 

Un día antes, Xóchitl Moraga junto a su madre, llegaron a regalar café y tamales a los jóvenes que se encontraban al frente de las protestas y les advirtieron que se retiraran de las barricadas, porque la denominada “operación limpieza” era seguro que iba llegar al municipio que vio nacer al General Sandino.

Ese 15 de julio el pueblo se llenó de tristeza al escuchar los disparos que realizaban los paramilitares, desde  las camionetas Hilux donde se movilizaban. Los hogares permanecían con sus puertas y ventanas cerradas para proteger sus vidas, escuchamos cómo atacaban la casa de las excarceladas políticas Olesia y Tania Muñoz, se nos salía el corazón, porque pensábamos que luego nos iban atacar a nosotros por tener un hermano que se involucró de manera activa en la lucha”, recuerda Xóchitl Moraga. 

Por las oraciones y súplicas que realizaron ese día consideran que su hogar se mantuvo a salvo, pero estaban claras que al día siguiente la Policía y los paramilitares iban a buscar a las personas que habían respaldado de manera abierta la lucha que se inició en Nicaragua el 18 de abril del 2018. 

Nosotros apoyamos con alimentación a los jóvenes que se mantenían en resistencia, porque considerábamos que era una lucha justa por alcanzar la libertad y democracia de Nicaragua. En cada marcha que se organizaba en el pueblo siempre participamos y todo nuestro respaldo, fue con nuestro propio  dinero que devengamos en una empresa textil de zona franca”, resaltó Moraga. 

Su familia recibía constantes  amenazas  desde las redes sociales con cuentas anónimas  que manejaban los militantes sandinistas, quienes les advertían que iban ir directas a la cárcel por ser “tranqueras” y querer derrocar al régimen de Daniel Ortega. 

Emprendieron éxodo a Costa Rica y encuentran refugio en iglesia católica 

Un día después de realizarse la “operación limpieza” en Niquinohomo, donde perdió la vida el joven Jorge Arcía, conocido en el pueblo como “Cirilo”, producto de un disparo en el pecho, Xóchitl Moraga junto a sus dos hijas, su madre y hermano decidieron exiliarse en Costa Rica. 

Recuerda ese momento como un día amargo, porque solo lograron salir con la ropa que llevaban puestas para no despertar sospecha. El primer día  se fueron a una comunidad rural, pero la familia que los recibió se llenó de temor y pensaban que la Policía y los simpatizantes del régimen los iban a ir a buscar, porque en las redes sociales los simpatizantes sandinistas continuaban amenazándolos. 

Decidimos emprender nuestro viaje a Costa Rica, porque sabíamos  del riesgo que corríamos de ser encarcelados,  llegamos  a este país como lo hicieron miles de nicaragüenses, sin dinero ni alimentación, pensábamos refugiarnos unos meses, pero al final nuestro exilio pronto arribará a los cuatro años”.

En el país vecino llegaron a ciudad Quesada del cantón de San Carlos, ante la falta de alimento y un techo donde pasar la noche, llegaron a solicitar ayuda a la iglesia católica de la ciudad, los miembros de esa comunidad les proveyeron alimentos y pagaron un mes de alquiler en un cuarto, mientras encontraran trabajo.

Estamos muy agradecidos de la ayuda que nos brindaron nuestros hermanos de la iglesia católica, al poco tiempo encontramos trabajo y nos logramos estabilizar, a pesar de todo el calvario vivido, no estamos  arrepentidos de haber participado en una justa lucha del pueblo de Nicaragua que salió a las calles a demandar justicia y democracia”. 

En julio del 2020 Xóchitl regresó a Nicaragua, pero sintió temor llegar a su hogar, por ello decidió hospedarse en la casa de una amiga del pueblo vecino de San Juan de Oriente. Sin embargo, asegura que simpatizantes del partido sandinista de Niquinohomo se enteraron que estaba en ese municipio y asegura que paramilitares llegaron a asediarla, por lo cual decidió retornar nuevamente a Costa Rica.

Desde Estados Unidos reclama la libertad de los presos políticos 

A inicios del 2022 Xóchitl Moraga decidió viajar de manera irregular a los Estados Unidos en busca de un mejor futuro para sus dos  hijas, la mayor de 14 y la menor de 9 años, quienes siguen viviendo en Costa Rica junto a su madre y hermano. 

Mi hija mayor recibía una pensión de orfandad de casi dos mil córdobas y cuando me enteré que iban a quitarme el 5 por ciento de ese monto me llene de coraje y me sume a las protestas de los adultos mayores, porque consideraba que era injusto quitarnos dinero de unas escuálidas pensiones”, señala Moraga desde su exilio en los Estados Unidos.

La joven opositora nunca había participado en política, pero conocía de las atrocidades que había cometido el sandinismo en la década de los ochenta con la persecución a los jóvenes en el Servicio Militar Obligatorio y el encarcelamiento a miles de opositores, por lo cual asegura que nunca respaldó al partido de Ortega.

A través de las redes sociales, sigue demandando la libertad de los más de 180 presos políticos que mantiene el régimen en su mayoría en la cárcel de Auxilio Judicial conocidas como “El Nuevo Chipote” y no pierde las esperanzas que pronto en Nicaragua se instale la democracia, porque el pueblo ya se expresó en las calles y sostiene que dejó de protestar por la feroz persecución que se desató en contra de los opositores que se proclamaron azul y blanco.