El Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (CALIDH) presentó una propuesta para la conformación de “la unidad opositora nicaragüense” con principios y garantías democráticas. El organismo argentino argumenta que existe “dificultad de poder realizar consultas para elegir a una dirección democrática” en Nicaragua.
“A fin de que el restablecimiento de la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho sea posible, es necesaria la unidad de la oposición. Ante el contexto de dificultad de poder realizar consultas para elegir a una dirección democrática, CALIDH propone la conformación de un consejo democrático nicaragüense representado por una persona” de los 15 sectores, “con igualdad de integración de hombres y mujeres y de distribución generacional”, señaló en una declaración.
Los sectores representados al menos serán:
1. Las personas exiliadas en la diáspora.
2. Los desterrados expresos políticos.
3. El grupo de los desnacionalizados (94).
4. Comunidades indígenas del Caribe.
5. Comunidades afrodescendientes del Caribe.
6. Representación de los gremios en el exilio (médicos, docentes, profesionales).
7. El sector empresarial.
8. Micro, pequeña y mediana empresa (Mipymes).
9. Movimiento campesino.
10. Personalidades.
11. Organizaciones y partidos políticos.
12. Organizaciones sociales.
13. Organizaciones de víctimas fatales (Madres de Abril)
14. Juventudes, organizaciones estudiantiles.
15. Periodistas.
CALIDH señaló que “los distintos sectores deberán establecer contactos y elegir a la persona representante de la forma más democrática posible”. “Para esto, deben abandonarse los personalismos, los caudillismos y la burocratización inútil de los procesos. Partiendo de que cada sector tiene cierto nivel de articulación interna, procederán a la designación en un tiempo razonable a sus representantes. A fin de que la representación sea diversa y se eviten los caudillismos, cada sector designará a un nuevo representante cada dos años sin posibilidad de reelección. Las elecciones deben ser una práctica democrática y no sólo meramente electiva”, apuntó.
Sobre el funcionamiento de la unidad opositora, el organismo indica que “el consejo democrático nicaragüense servirá de instancia de coordinación, planificación y elaboración de la agenda opositora para el restablecimiento de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho”.
“Una vez instalada de entre sus miembros elegirán a un vocero o vocera y dos secretarios o secretarios. El vocero es primero entre iguales y coordinará las reuniones del consejo. Las decisiones se tomarán por consenso y sino por votación, la que, según el caso, puede ser pública o secreta. De ninguna manera el vocero puede sustituir la autoridad del consejo ni arrogarse funciones que no le corresponden. El pleno dictará su propio reglamento. Las reuniones y las decisiones deben ser pragmáticas evitando los burocratismos y las discusiones cansinas y dilatorias”, reza la propuesta.
OBSERVADORES Y TESTIGOS
Por otro lado, el consejo democrático “podrá invitar como observadores y testigos a expertos de forma temporal o permanente para ayudar en la preparación de acciones y planes de su competencia”.
“Los testigos podrán ser miembros de las organizaciones de derechos humanos que puedan dar seguimiento y servir de amigables componedores cuando las discusiones en el consejo se atasquen. Los testigos tendrán derecho a voz, más no a voto”, precisó.
También, “con la finalidad de que el consejo democrático nicaragüense pueda ser una instancia plural y horizontal, instará a la conformación de consejos democráticos de toda índole donde la participación se convierta en una práctica previa a la transición”.
“Los consejos democráticos podrán enviar propuestas al órgano unitario y este tendrá el deber de consultar a los consejos democráticos, estableciendo los mecanismos pragmáticos para la consulta social”, anotó CALIDH.
Por último, el organismo plantea que el consejo democrático nicaragüense tendrá en cuenta los siguientes principios:
a. Compromiso con el restablecimiento de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho.
b. La no repetición y la ausencia de pactos que conlleven a la impunidad o al perdón de los responsables de graves violaciones de derechos humanos en Nicaragua.
c. Centralidad de las demandas y reivindicaciones de las víctimas sobrevivientes, organizaciones de víctimas y los familiares de víctimas fatales.
d. Laicidad.
e. Compromiso con el pluralismo político y social y la diversidad étnica, racial, cultural y de género.
f. Primacía de la realidad.