El periodista nicaragüense y excarcelado político, Miguel Mendoza, recibió ayer miércoles 19 de octubre una Mención Especial en los Premios María Moors Cabot, promovidos por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, Nueva York. El cronista deportivo dedicó el reconocimiento al “valiente y heroico periodismo independiente de Nicaragua”.
“Me siento honrado de recibir esta citación especial en esta ceremonia, porque la recibo en nombre del valiente y heroico periodismo independiente de Nicaragua que sigue resistiendo de pie y con coraje las embestidas, la persecución y la criminalización de nuestro oficio por parte de una dictadura demencial como la que componen Ortega y Murillo”, dijo Mendoza en su discurso.
“Para mí es surreal estar aquí ante ustedes, acompañado de mi hija Alejandra y de mí Margin, que no me abandonaron un solo día. Hace nueve meses atrás todavía estaba encerrado, en una pequeña celda en condiciones inhumanas, recibiendo torturas físicas y psicológicas, cumpliendo una condena de 9 años por ser periodista, por ejercer mi derecho a la libertad de expresión y por realizar críticas de políticas públicas a la pareja dictatorial señalada por organismos de derechos humanos de cometer crímenes de lesa humanidad sobre ciudadanos desarmados”, añadió.
Mendoza denunció que “en Nicaragua no hay prensa independiente, no hay libertad de expresión” y que “todos los derechos ciudadanos están conculcados”.
“En Nicaragua no hay un solo periodista trabajando en libertad, porque los que aún no han podido salir del país trabajan en el anonimato o cubriéndose en la clandestinidad, porque no pueden hacerlo de manera pública”, dijo.
El colega sostuvo que existen 218 periodistas exiliados, 60 medios de comunicación clausurados, 22 periodistas desterrados, varios secuestrados y Ángel Gahona asesinado”.
En entrevista con La Mesa Redonda, Mendoza declaró que Nicaragua está a nivel de Corea del Norte, donde los periodistas “estamos manos arriba”.
“Ser anoche el rostro del periodismo es grato, uno siente que esos zapatos tienen que ser llenados bien porque nosotros representamos una institución demasiado creíble, demasiado estimada, demasiado querida por el público”, comentó.
“Mi objetivo fue llegarles, crear un poco de conciencia porque me he dado cuenta que los extranjeros no se enteran de nuestras desgracias”, sostuvo.