Destacados / Nacionales · 16/01/2024

El Vaticano “jugó a favor” de la dictadura Ortega- Murillo con el destierro de los religiosos nicaragüenses, dice politólogo costarricense

A juicio del historiador y politólogo costarricense Vladimir de la Cruz, el Vaticano “pactó” con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo el destierro de los 19 religiosos católicos nicaragüenses, que salieron del país el 13 de enero pasado en un avión con rumbo a Roma, entre ellos el obispo Rolando Álvarez.

Me parece que es una barbaridad la negociación del Vaticano. El Vaticano para mí en manos de Francisco, que tiene una serie de matices, en el caso de Venezuela y en el caso de Nicaragua ha jugado sucio, ha jugado a favor de las dictaduras”, afirmó de la Cruz en entrevista con La Mesa Redonda.

El politólogo sostiene que tener secuestrados a los obispos, sacerdotes y seminaristas se convirtió en “un dolor de cabeza” para la dictadura. “Los sacerdotes y obispos prácticamente eran mártires en el buen sentido de la palabra, estaban ahí a conciencia de los riesgos de sus propias vidas, sabiendo que los podían matar en prisión”, declaró.

En ese sentido, ya se le había vuelto una situación incómoda al gobierno. Al sacar al obispo Rolando Álvarez y demás religiosos meten un temor profundo a los que quedan, que van a ir a la cárcel o que los van a expulsar y que el Vaticano está dando la salida”, agregó.

Precisó que en el caso de la crisis sociopolítica en Venezuela, el Vaticano “jugó desmovilizando a los sectores populares cuando estaban en las calles, buscándole una solución al gobierno y lo que produjo fue una desmovilización y un debilitamiento sobre la lucha popular y democrática en Venezuela”.

Mientras que en Nicaragua, “con la sacada de los obispos y sacerdotes en Nicaragua, me parece que es una forma de desmovilizar, debilitar la lucha interna en Nicaragua contra la dictadura. Me parece que al sacarlos, quita esa palanca de resistencia”.

Para el politólogo la negociación sobre el futuro de los 19 religiosos secuestrados se dio en Roma, ya que en Nicaragua no existe representación de la Santa Sede.

De hecho, en el comunicado que el régimen publicó el fin de semana informando oficialmente la lista de los sacerdotes desterrados, menciona al Papa Francisco y al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, este último es acusado como el que estuvo detrás del exilio forzado de Monseñor Silvio Báez, según el blog Contra la dictadura.

No es el Nuncio apostólico quien está detrás de la partida del Obispo Silvio Báez. El Nuncio no pinta nada, es solo un peón en el ajedrez de la iglesia, acostumbrada a jugar larguísimas partidas. La pieza grande, la dama del tablero, el malo del cuento, ese es Parolin, que no quiere a nadie interponiéndose en su política para Venezuela y ahora para nuestro país. En Nicaragua fue él quien apartó a la Conferencia Episcopal para poner su pieza en el juego. Es él quien susurró al oído de Francisco el Papa la conveniencia de sacar del juego al obispo Báez para que no fiscalizara y delatara sus movimientos. Después del Papa es este el hombre más poderoso en el Vaticano. Es quizás más poderoso que el mismo Papa pues maneja la política internacional de la iglesia”, reza la publicación.

De la Cruz advirtió que la dictadura Ortega-Murillo “busca acabar con todo aquello que signifique disidencia, con todo aquello que signifique una voz de oposición, con todo aquello que ponga el dedo en la llaga de la corrupción, de la mala administración pública, del mal gobierno, de la dictadura, de la opresión; en esa medida el Vaticano actuó mal”.