A juicio del opositor y excarcelado político nicaragüense Félix Maradiaga “las condiciones para la sucesión están dadas al interno del Frente Sandinista”, pese al rechazo de Rosario Murillo y sus hijos dentro de la militancia sandinista y altos funcionarios estatales.
En entrevista con La Mesa Redonda, Maradiaga comenzó abordando la postura del general (r) Humberto Ortega, hermano del dictador Daniel Ortega, en la entrevista que brindó al medio argentino Infobae. Maradiaga critica que éste se haya negado a reconocer los crímenes cometidos por su hermano.
Esta negativa, según Maradiaga, descalifica profundamente a Humberto Ortega, ya que cualquier análisis honesto de la crisis debe comenzar por identificar a los responsables.
“Humberto Ortega ha rehusado en todo momento –por las razones que él tendrá– admitir los crímenes de su hermano, y eso automáticamente lo descalifica profundamente, porque cualquier análisis de la crisis debe partir por reconocer a los provocadores de la crisis; sin embargo, él dice claramente ‘mi hermano no es un asesino’”, dijo Maradiaga.
La sucesión, pese al rechazo de Rosario Murillo
El opositor, además destacó el descontento creciente dentro de las filas del Frente Sandinista, especialmente hacia la figura de Rosario Murillo, quien enfrenta altos niveles de desaprobación entre las bases del partido, lo que refleja una división interna significativa.
“Quiero equivocarme, pero las condiciones para la sucesión están dadas al interno del Frente Sandinista. El Frente Sandinista tiene un germen totalitario y autoritario desde su origen, y pudimos ver que incluso en los 90, cuántos intentos de corrientes internas hubo, que no tuvieron absolutamente ningún impacto real de largo plazo cuando había incluso más entorno democrático, ninguna de ellas fue efectiva. Por qué pensar que hoy, que hay menos condiciones de entorno democrático, el Frente no estará como partido dispuesto a la sucesión”, cuestionó.
Para Maradiaga es un “error de análisis” creer que el Frente Sandinista sigue siendo la maquinaria partidaria que era antes, pues hoy “es un conglomerado totalmente subordinado a la familia, en esencia es un partido que ya está totalmente capturado y secuestrado por la familia Ortega”, sostuvo.
“Ahora hay rechazo a los hijos de Ortega, y las fuentes de información son muchas –me reservo por razones obvias algunas de ellas– pero una que a mí me llamó la atención, fue la de una persona muy ligada a la institución armada que decía que, no se le cuadrarían tan fácilmente a un nuevo chigüín y eso fue en el contexto del 2018”, añadió.
Bajas probabilidades de implosión
Sin embargo, Maradiaga expresó escepticismo sobre la posibilidad de una implosión en la dictadura, debido a las condiciones geopolíticas favorables para los autócratas y la salida del país de militantes sandinistas descontentos.
“Con el tema de la sucesión, lamentablemente las condiciones geopolíticas están favorables para los autócratas, porque no contamos con una comunidad internacional con las herramientas con la garra, con la disposición para frenar esos avances autocráticos”, dijo.
Otro factor que imposibilitaría la implosión es “la salida de los elementos que pueden generar esa presión interna”.
“Insisto, la probabilidad de implosión existe desde la oposición, deberíamos estar explotando esas posibilidades; creo de que es un error cerrarle las puertas a cualquier disidente del sandinismo particularmente a los que no tienen las manos manchadas de sangre, cerrarle las puertas a los trabajadores del Estado es un error, sobre todo si son personas honestas que ejercían su función y no tienen las manos manchadas de sangre; y esa es una táctica fundamental porque ayuda a estimular las fuertes diferencias internas que hay”, destacó.
“Daniel Ortega ya cruzó todas las líneas rojas”
Maradiaga también desafió la noción de que Ortega estaría dispuesto a negociar o a regresar al esquema político anterior a 2018. Según él, Ortega ha cruzado todas las líneas rojas al alinearse con bloques geopolíticos antioccidentales y al desconocer la arquitectura jurídica interamericana.
“Se cae en el error de pensar que todavía se está en un punto en el cual Ortega quiere negociar, en un punto en el cual Ortega quiere regresar al esquema antes del 2018. Y los problemas que yo veo de esto es, una especie de nostalgia, tanto del sandinismo histórico y un sector de la izquierda que tiene una especie de apego al proyecto de la Revolución Sandinista, que los que venimos de la tradición antisandinista lo consideramos un error”, apuntó.
“Daniel Ortega ya cruzó todas las líneas rojas, a qué nos referimos con eso; Daniel Ortega no tiene absolutamente ninguna intención de regresar al esquema de pactos y consensos que habían antes del 2018, Daniel Ortega tomó la decisión de sumarse a un bloque global antinorteamericano y antioccidental, tomó la decisión de darle el territorio nacional a la injerencia rusa-china y de Irán, y a desconocer la arquitectura jurídica Interamericana al salirse de la OEA y desconocer el mandato de la CIDH y de la Corte”, añadió.
