En su más reciente ensayo, el italo-nicaragüense Roberto Garnieri, investigador social y político, profundiza en la situación política actual de Nicaragua, subrayando la urgente necesidad de una transición democrática ante la creciente descomposición del régimen.

En su escrito, Garnieri explora los posibles escenarios de cambio y las lecciones aprendidas de transiciones en otras naciones, señalando la necesidad de un diálogo inclusivo y una estrategia de justicia transicional para lograr una democracia efectiva en el país centroamericano.

El autor destaca las últimas declaraciones del general en retiro Humberto Ortega Saavedra, hermano del dictador Daniel Ortega, quien expuso una intervención militar rápida, el mantenimiento del estatus quo, un golpe cívico-militar, o una sucesión dinástica. Cada uno de estos escenarios plantea distintos desafíos y oportunidades para la nación centroamericana.

Transición democrática

Garnieri señala que una transición a la democracia implica dos componentes esenciales: la participación y la oposición. Esto se traduce en la necesidad de un sistema electoral libre y pluralista y la protección de los derechos humanos.

“El problema es que en la mayoría de los casos, por lo menos en América Latina, la democracia se ha introducido en países sin tradición democrática. Mientras que el establecimiento de un orden institucional democrático se puede dar de una manera relativamente rápida, la creación de una cultura democrática requiere periodos más prolongados. Existe un abismo entre el principio abstracto y la realidad democrática que está condicionado básicamente por los resultados en las áreas económica y social, en los cuales intervienen elementos como seguridad y subsistencia del individuo”, expuso.

El ensayo destaca la importancia de realizar el diálogo en un territorio neutro y bajo supervisión internacional, con representantes tanto del gobierno como de la oposición.

Este diálogo debe centrarse en objetivos mínimos comunes, como la liberación de presos políticos, el regreso de los exiliados, y la organización de elecciones libres.

El autor anota que a estos puntos hay que añadir, justicia a través de la instauración de una comisión de la memoria y de la verdad. “Parece que eso es lo mínimo, en el cual todos los opositores podrían estar de acuerdo”.

“Después de las elecciones uno verá y luchará por qué tipo de gobierno quiere y con quién. Ese programa incluye a todos los que quieren incorporarse, de dónde provienen, incluso ex miembros del FSLN que no tienen sangre en las manos”, expuso.

Justicia transicional

La justicia transicional es un componente fundamental en cualquier proceso de transición. Se refiere a las medidas tomadas para enfrentar las violaciones de derechos humanos de un régimen anterior y para promover la reconciliación y el estado de derecho.

En ese sentido, Garnieri recalca que la experiencia de Sudáfrica y de otros países demuestra que, aunque este proceso puede ser largo y complejo, es esencial para la construcción de una sociedad democrática y justa.

El trabajo de Garnieri menciona ejemplos como los juicios por la verdad en Argentina, que buscaban recuperar la memoria histórica y permitir la persecución de los responsables de violaciones de derechos humanos, a pesar de las leyes de impunidad vigentes en ese momento.

Desafíos adicionales

El autor indica que entre los desafíos que enfrenta Nicaragua, se encuentra la necesidad de reemplazar a jueces comprometidos con el régimen actual y de adaptar el sistema legal a los estándares internacionales de derechos humanos.

Además, la corrupción y la desigualdad económica han sido problemas persistentes que deberán ser abordados por un nuevo gobierno para garantizar una transición efectiva.

El ensayo concluye que, aunque la transición democrática en Nicaragua es un proceso complejo y desafiante, que debe ir acompañado de reformas profundas en el sistema judicial y económico del país, para asegurar que la nueva democracia sea duradera y efectiva.

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