El excarcelado político nicaragüense Oscar-René Vargas, sociólogo, economista e historiador, planteó la necesidad urgente para que la oposición defina una estrategia clara para debilitar los pilares que sostiene al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Vargas dijo en entrevista con La Mesa Redonda que, la discusión actual de los grupos opositores se ha centrado en sus ideologías de centro, izquierda o derecha, lo que a su juicio es irrelevante.
“Muy pocas personas están reflexionando sobre qué es lo que se puede hacer para avanzar en la lucha contra la dictadura, y la mayoría entra en la discusión bizantina que no aporta nada a cómo construir un contrapoder”, dijo.
“El sector de la derecha de Monteverde ha planteado eso, y no ha planteado cuál es la estrategia que tienen para derrocar a la dictadura, si es las elecciones, que lo digan y que digan cómo ven ellos las elecciones, cuáles son los pasos que hay hacer para llegar a lo que ellos quieren como objetivo político; pero no dicen nada porque en el fondo ellos sí están creyendo en las elecciones, pero no quieren desnudarse, no saben cómo provocar las elecciones, cómo inducir al régimen hacer elecciones, hay una cuestión frívola en la discusión política”, añadió.
Escenarios políticos
Vargas identifica varios escenarios en Nicaragua: la intervención norteamericana (lo que reconoce como poco probable), un golpe de Estado militar, una alianza entre el gran capital y sectores del Ejército, una sucesión dinástica y, por último, la implosión del régimen.
“Esos son los cinco escenarios que yo veo, pero hay otras personas que ven un sexto escenario que son las elecciones, que para mí entraría una variante de la sucesión dinástica; y hay un séptimo escenario que ayer Vladimir de la Cruz planteó que es el escenario de Rigoberto López Pérez, que lo veo el menos de los escenarios posibles”, mencionó.
A juicio del sociólogo la discusión sobre elecciones parece estar más enfocada en la cohabitación que en una verdadera oposición.
“El escenario en el que está la oposición -que no lo quiere decir, pero que es lo están a favor- antes de ser las elecciones, yo lo llamo la cohabitación. La cohabitación significaría que las elecciones sean el medio para alcanzar la cohabitación con el régimen y ahí esa cohabitación entraría también factores del gran capital”, afirmó.
“Este es el escenario que yo creo que está detrás de esa no declaración clara, por eso que digo que es la política de engaño y de cinismo, no quieren decir las cosas como son”, zanjó.
Descontento social está en “marea baja”
Por otro lado, Vargas señaló que a pesar de estar en una “marea baja” de movimientos sociales, el descontento es real y palpable, y se traduce a través del proceso de implosión.
“Los movimientos sociales son como las mareas, hay mareas altas y mareas bajas; estamos en la mareas baja, eso no significa que el mar no se mueva, cuando está en marea baja significa que está en movimiento retroactivo y es lo mismo en la cuestión social. Es decir, ahorita estamos el periodo de reflujo, marea baja, pero eso no significa que no se está moviendo”, explicó.
Vargas añade que el régimen no responde a las necesidades de la población, lo que provoca un descontento silencioso. Este malestar puede ser el caldo de cultivo para un cambio, aunque hoy no se exprese de manera evidente.
“La única manera de seguir combatiendo a la dictadura es a través de la estrategia de la implosión, esa estrategia ha venido desarrollándose ahora más evidente”, anotó.
Fragilidad del régimen
Para el analista, los pilares del sostenimiento de la dictadura están comenzando a fisurarse.
“El régimen tiene una gran contradicción, por un lado ellos consideran en su estrategia del poder o la muerte, es la única manera de permanecer en el poder, es vía la represión… esta gran represión produce una contradicción, la gente siente que el gobierno no responde a las necesidades inmediatas y más bien sienten que son ninguneados, esto crea un descontento un descontento social silencioso subterráneo no expresivo”, insistió.
Asimismo, la dictadura ha acumulado recursos, pero el miedo a perder el poder no es solo de Ortega, sino de toda su familia, que incluye a un número considerable de personas. Esto crea una dinámica de supervivencia que puede ser explotada por la oposición, apuntó Vargas.
“Cuál es la carta que la oposición está jugando, no está jugando ninguna, porque tampoco están jugando la carta de la unidad”, criticó.
Cohabitación no es solución
Vargas reiteró que es esencial que la oposición desarrolle una propuesta que no solo hable de elecciones, sino que también contemple cómo transformar instituciones como el Poder Judicial y el Electoral. Y que la cohabitación con la dictadura no es una solución.
“Los partidos políticos tradicionales está rebasados por la realidad y la solución no pasa por la cohabitación; para poder cambiar Nicaragua, hay que transformarla… Se necesita tener una propuesta de lo que vas a hacer”, comentó.
El sociólogo resaltó la necesidad de un cambio profundo en la estrategia de oposición a la dictadura.
Apoya a La Mesa Redonda
Nuestro compromiso con nuestras audiencias se basa en el pluralismo, la participación activa de todos los sectores y el diálogo constante. Analizar la información de manera independiente, alcanzar estos postulados, especialmente en condiciones de exilio, es cada vez más desafiante, pero esencial para contrarrestar la narrativa mentirosa de la dictadura Ortega-Murillo. Por eso, cada vez que un seguidor nos apoya, sentimos que no estamos solos en esta importante misión.
La Mesa Redonda es un medio de comunicación digital nicaragüense, que proporciona a la ciudadanía información nacional e internacional de los acontecimientos que más impactan en la sociedad. Además, expone mediante entrevistas, análisis en temas de interés político, económico y social, para que la audiencia cree sus perspectivas.