Opinión / Ensayos · 15/06/2022

“No saben que somos semillas”

*Por Nicha Carazo

“No saben que somos semillas” es una voz de resistencia interna después del operativo político militar que destrozó el marco jurídico, la libertad y el derecho de los nicaragüenses, una respuesta ofensiva no defensiva colocada en lo rural, no en lo urbano, en el campo.

En los comunicados las más de cuatrocientas ONGs nacionales e internacionales, en todas hay denuncia de la cancelación de personería jurídica en un marco de falsedades, elaboradas como pseudoleyes por los diputados de la Asamblea Nacional.

Los perfiles de estas 400 ONGs varían de ciudad o del campo, todas creyentes en el mundo utópico del cuidado a las personas que el gobierno no cubre. Los cierres más sentidos son las universidades de los jóvenes, la educación o la salud especializada en las mujeres. Han cancelado personería a organismo del mundo académico, intelectual, de poesía y prosa.

La mayoría de las ONGs después de la denuncia, utilizó el reclamo de la restauración del marco jurídico, donde valga el derecho individual de las personas. Pero hay una, entre todas las ONGs, que tuvo un cierre de su comunicado que debe ser asumido como un grito de resistencia interna: nos quieren enterrar y no saben que somos semillas, todo el campesinado entendió y más si vienen protegidas por San Isidro Labrador, quita el agua y pone el sol para levantar la cosecha de primera en agosto.

Aquí no hay oposición, y no hay porque fue liquidada en la primera oleada represiva, que inició con el operativo “golpe a la huaca golpista”. Todos los ciudadanos organizados que aspiraban a la toma del poder político por la vía de las elecciones, están presas y el resto en el exilio.

Al operativo se le pasó la mano, no solo descabezó a la oposición, sino que desmembró sus miembros. Como no bastó con cancelar la personería jurídica a los partidos políticos se fue a destrozar a la prensa independiente, para dejar a Nicaragua sin vista y sin oídos, a los organismos de derechos humanos, para dejar sin escudo de protección a las personas.

No termina de concluir el operativo político-militar cuando comienza otro más selectivo, una embestida a la iglesia Católica, a obispos y presbíteros. Con un episcopado sin estrategia en la vía diplomática, solo le queda, lo mínimo, el martirio o la heroicidad de resistir lo irracional, que está dispuesto a enfrentar a una iglesia universal.