Opinión / Ensayos · 04/04/2024

Nos enfrentamos a un cierre de ciclo político

*Jimmy Gómez

Una de mis hipótesis, es que nos enfrentamos a un cierre de ciclo político, el que arrancó en abril 2018 y se inició su cierre con la fase electoralista, con la sustitución del pueblo y de los liderazgos emergentes, o por la cooptación por las fuerzas políticas tradicionales, cuyo culmen es MV. En este ciclo se disputo la política no solo con el régimen, sino con los actores tradicionales, a favor de descentralizarla, sacarla de las instituciones a la calle/comunidad/barrio/plaza/recinto y ejercer soberanía sobre esta.

Como expresa la teoría política, un cierre de ciclo no significa un inmediato cambio, sino que hay un interregno, un momento de transición, para que se defina un nuevo ciclo, y posiblemente lo que se está viendo es una suerte de retorno (como metáfora, porque no es real que la historia se repita), que reproduce la configuración del ámbito político y sus esencias de lo que eran las prácticas, cosmovisión y formas de lo que fue la oposición formal y tradicional antes de abril. Con el agravante de la represión abierta y a mayores niveles, que en el ciclo anterior a A18. Es así como vemos de nuevo esa configuración reproducirse, con sus batallas por la representación, por imponer la homogeneidad a la pluralidad, por creer que la democracia solo es un proceso formal y que su mayor momento es el sufragio, sin entender que la democracia va más allá conectada con equidad, libertad y justicia social, creer que solo “los políticos” son dueños de la política y el pueblo un simple destinatario o votante. Es natural que la gente vuelva a sentir lo que expresaba antes del A18, desprecio y hartazgo de las castas políticas.

Y cada hecho que se está dando cada día, como este, se ve más claro que estamos en un proceso de reproducción de esa configuración antes del A18. Las mismas narrativas, prácticas, caras, intereses y agendas.

Lo que está por ver es si se consolidad y se estabiliza para abrirse como ciclo. En nuestros deberes está a pesar de ello, retomar el bloque social, que se aleje de esas dinámicas, tratando de volver a juntarnos con lo que creen esto, no cayendo en las trampas y falacias de unidad o convergencia, con quienes piensan en esta desde una lógica instrumental, de escalera o de sustitución, porque si no estaremos reproduciendo dinámicas que nos meten en los bucles, donde nos cuesta salir.

La dictadura tiene enormes debilidades, actualmente domina, no es hegemónica. Un régimen que domina solamente puede tirar de la represión, pero eso no puede generar estabilidad, ni para ella misma y no es sencillo construir hegemonía solo con mano dura. El problema es que, si sigue la misma configuración de la oposición, jamás capitalizarán estas debilidades. Ni tampoco será pueblo.