Salud y Vida · 03/10/2023

¿Por qué defecamos o “pupuseamos”?

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, médico especialista en Epidemiología.

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La medicina, como todo en el mundo evoluciona. La vida individual y social siempre está en franco movimiento a lo interno y externo de nuestro cuerpo, inclusive dentro de nuestras células a nivel microscópico existe un gran movimiento permanente en nuestro organismo.

Todos defecamos y le ponemos diferentes nombres para suavizar la palabra defecar, que es parte de nuestra excreción, como orinar, sudar, lagrimear, salivar y sacar cerumen de las orejas. Las heces fecales, pupú, popó o excremento, es parte del proceso digestivo, son productos de desecho que se están eliminando del cuerpo e incluyen partículas de alimentos no digeridos, bacterias, sales y otras sustancias. Su color, textura, cantidad y olor, así como la frecuencia de ir al baño varía entre las personas.

Las heces se van formando en la medida que van avanzando en el tubo intestinal, hasta su expulsión final del recto a través del ano. La frecuencia de defecación puede variar de una persona a otra, dependiendo de factores como la dieta, el estilo de vida, la salud y el hábito intestinal. Lo normal es desde un par de veces al día hasta tres veces a la semana, lo importante es que la misma sea regular, fácil y sin dolor.

Si usted tiene cambios en la frecuencia, la consistencia, color y olor de sus heces, o si siente dolor, sangrado o dificultad para defecar, debe consultar a su médico. Estos pueden ser signos de alerta, pudieran producirse por situaciones de estrés, deshidratación, demasiada cafeína y alcohol, falta de consumo de fibra dietética (frutas, verduras, cereales integrales y legumbres), intolerancias y alergias alimenticias. Pero, también debemos estar atentos a la depresión, cáncer, una tiroides hiperactiva (hipertiroidismo), enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad de Parkinson.

Las heces negras sugieren sangrado gastrointestinal o ingesta de suplementos de hierro, y otros. El color rojo pueden ser el resultado de un sangrado gastrointestinal, hemorroides o comer remolacha y otros productos de colores sintéticos. Estas primeras dos causas se deben atender rápidamente.  Las heces blancas, grises o pálidas, pueden indicar problema con el hígado o la vesícula biliar. Verde, por consumo de espinacas y otros. Si las heces aparecen amarillas o tienen un aspecto grasiento, sugiere que contienen demasiada grasa por problemas de absorción, o dificultad para producir enzimas o bilis.

La mayoría de las personas experimentarán variaciones en el color de las heces en algún momento. Por lo general, esto se debe a la dieta o alguna otra causa menor. Sin embargo, cualquier persona que experimente cambios en el color de las heces, que dure 2 o más semanas o que tenga heces rojas o negras, debe ver a su médico.

Para fomentar una función intestinal normal, una persona debe comer una dieta rica en fibra, recordemos que la fibra facilita el movimiento y la sacada de las heces del intestino. Hacer ejercicio regularmente, favorece la función intestinal normal y puede aliviar el estreñimiento, además alivia el estrés y consumir suficiente agua, te permite mantenerte hidratado produciendo heces más suaves, pues las mismas requieren agua en la medida que pasan por el tubo digestivo. El acto en sí de defecar no dura más de 10 a 15 minutos y debe crearse una rutina, a la misma hora todos los días.

Un sistema digestivo que funciona bien es esencial para la salud y el bienestar y es una medida directa que una persona está comiendo una dieta equilibrada. Comencemos a fijarnos no solo en lo que comemos y bebemos, también en cómo defecamos.