Opinión / Ensayos · 20/03/2024

¿Y los mimados?

Fue el nefasto y desaparecido Tomás Borge quien acuñó la frase, “los niños son los mimados de la revolución”, convirtiéndola en eslogan oficial de la fallida revolución sandinista de la década de los ochentas. En diciembre de 1982, un helicóptero de la Fuerza Aérea Sandinista despegó de la comunidad jinotegana de Ayapal con 92 personas a bordo, 84 murieron calcinadas, entre ellas 75 niños; la acusación oficial fue casi inmediata, fuerzas guerrilleras antisandinistas derribaron el helicóptero y el despliegue mediático dirigido por la alta dirigencia sandinista no se hizo esperar, dictadores como Fidel Castro de Cuba y Muammar Gaddafi de Libia, hicieron eco propagandístico, señalando a Estados Unidos como responsable de la tragedia. Años después se conoció de una investigación técnica de especialistas soviéticos, quienes dictaminaron una falla mecánica como la causa del desplome del aparato. Las mentiras fabricadas desde el sandinismo son incontables y continuas.

El Hospital del Niño, conocido como La Mascota, se inscribe dentro de la gran farsa sandinista del “exitoso modelo de salud”, pregonado por la vocera y vice dictadora Rosario Murillo. La atención que brinda dicho centro hospitalario a los “mimados de la revolución” es menos que deplorable, hay un total abandono al mantenimiento de la infraestructura, las cunas y camas están oxidadas y desvencijadas, los colchones ni siquiera están cubiertos por una sábana, la sala de emergencia se encuentra abarrotada de niños esperando ser atendidos y el hacinamiento de pacientes en los pasillos es visible, dos médicos hacen esfuerzos supra humanos para atender la enorme cantidad de pacientes, y sólo el honor y sacrificio de médicos y enfermeras logra salvar la caótica situación; de los insumos y medicamentos ni hablar, no hay ni siquiera medicamentos básicos para atender emergencias de alergias o complicaciones respiratorias, tan comunes en los menores de edad, ni siquiera hay alcohol para limpiar heridas o simplemente higienizarse las manos.

La parte incomprensible del “exitoso modelo de salud” de la dictadura, es que mientras ha adquirido significativas deudas con diferentes organismos financieros para construir hospitales y centros de salud a lo largo y ancho del país, el principal centro de atención hospitalario para niños sufre un total abandono.

Es probable que la actual vice dictadora, quien en la época de la revolución era sólo la madre de los hijos del comandante, esté recordando a los niños de Ayapal, víctimas de la guerra civil, que mayoritariamente eran hijos de combatientes antisandinistas, y en su retorcida perspectiva esté castigando a los niños que necesitan atención médica en La Mascota, a sabiendas que la mayoría tampoco son hijos de sus fieles militantes y serviles que le rodean. El sandinismo siempre ha sido enemigo de la niñez.

Ezequiel Molina

Marzo 20, 2024