Destacados / Nacionales · 14/08/2023

Dictadura Ortega-Murillo infunde los peores temores entre los estudiantes de la UCA ¿A dónde ir si se la toma?

Aunque los comunicados oficiales de la casa de estudios buscan transmitir tranquilidad, entre la comunidad universitaria y egresados, cunde el pánico. Hay rechazo total a que el régimen se apodere de ella y temen a la manipulación de archivos y registros de egresados.    

¿Qué es lo peor que podría pasar si la legendaria Universidad Centroamericana (UCA) cae en manos de la dictadura de la familia Ortega-Murillo? Los peores temores de la amplia comunidad de estudiantes y egresados, son realmente dramáticos y basados en las tenebrosas prácticas represivas del régimen.   

Un estudiante de Comunicación contactado para este reporte, lo compara al pánico de la población afgana ante el avance de los talibanes sobre Kabul, luego del retiro de las tropas estadounidenses del territorio. “Son horas grises”, dice.      

“Desde que supimos que le congelaron las cuentas y luego que le inmovilizaron sus bienes y propiedades, nosotros sentimos que ya todo está perdido. Es como si estuviéramos viendo entrar a los talibanes a la UCA, porque no hay diferencia entre talibanes y sandinistas”, dice la universitaria de 18 años que pide que la llamen “Belén”. 

Ella teme, junto a decenas de compañeros de clases, que la dictadura cambie el pensum y quieran meterle “basura ideológica sandinista como ha ocurrido en la UNAN y la desaparecida Upoli”, que los obliguen a rendirle honores a los símbolos partidarios y sus autoridades o que, finalmente, los expulsen para darle sus cupos “a los sapos”. 

“Nada bueno viene”, dicen  

“Jacinto”, de Diseño Gráfico, es igual de pesimista. “Es que nada bueno puede venir de la dictadura de Ortega y Rosario Murillo”, dice.  “Entonces lo que va pasar es que la mayoría vamos a salir de la UCA y buscar opciones en otro país, porque aquí, solo van quedando universidades controladas por ellos”, afirma.   

Para él, lo peor no es que quieran meterles ideologías o propaganda, sino que en represalia a quienes no se alineen a la dictadura, “los apresen, los expulsen o les borren sus registros académicos”. Eso cortaría la posibilidad de continuar estudios en otra casa de estudios de los mismos jesuitas en la región como en El Salvador o Guatemala. 

Todo eso ya lo han hecho antes, han apresado estudiantes, han expulsado a docentes y estudiantes y les han borrado sus registros. Otras voces, tienen la certeza de que Ortega, ve a los jóvenes de Nicaragua como sus enemigos en primera línea, tras lo ocurrido en abril de 2018.      

“Si, nos ven como una amenaza, pero uno no debe rendirse.  Vemos posible salir del país o estudiar a distancia (en línea) bajo el escudo de UCA, no de otra universidad de mentira como las que se inventa la dictadura, tras las confiscaciones que ha hecho de otras universidades”, asegura “Alberto” un estudiante de tercer año de derecho. “Ellos (los dictadores) pueden robarse un edificio, pero la mente de uno, su pensamiento, no”, asegura.     

La brutal práctica de borrar registros 

En efecto, la dictadura sandinista por medio de sus funcionarios en el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y en las universidades públicas bajo control del régimen, expulsó a 144 estudiantes entre 2018 y 2021, como parte de la ola represiva que desató el régimen orteguista contra quienes participaron en las protestas que pedían su renuncia hace cinco años.  

No solo eso, también le borraron sus expedientes académicos y se les negó cualquier certificado de notas necesario para refundar sus carreras en otras universidades o países. De igual modo, al menos 67 estudiantes universitarios que tuvieron algún liderazgo en las protestas fueron detenidos, procesados y sentenciados a largas penas de cárcel. 

La mayoría de ellos han salido en amnistías y desterrados, pero otros siguen detenidos y muchos de quienes aún estudian en la UCA, piensan emigrar al concluir sus carreras. 

Si su título no dice UCA, lo quema 

Mi miedo es que cuando me titule me extiendan un diploma que no diga UCA sino un nombre ridículo de esos que se inventan. Imagínate ¿Vos crees que yo voy a exhibir un diploma que diga Universidad Daniel Ortega o Rosario Murillo…? Mejor lo quemo”, expresa “Lisa”, estudiante también de Derecho y miembro clandestina de una plataforma estudiantil opositora. 

El temor sobrepasa a la comunidad educativa y se extiende a los egresados de la UCA, como comunicadores y periodistas que siguen denunciando los abusos de la siniestra dictadura y profesionales del Derecho que defendieron a los presos políticos o son miembros de organismos de derechos humanos. 

¿Vos crees que no son capaces de eliminar tus registros académicos y anular tus títulos desde las bases de datos? Todo lo ilegal, inmoral y despiadado que se pueda hacer, lo ha hecho el Frente Sandinista”, dice una exdefensora de reos políticos desde el exilio, quien evita revelar su identidad por temor a represalias contra su familia en Managua. 

Ya le suspendieron el derecho al ejercicio de los abogados y notarios, les anularon sus títulos y les confiscaron sus sellos y protocolos ¿Qué les impide borrar sus registros en la base de datos de la UCA?”, razona la abogada exiliada. 

Ella también teme que una administración sandinista en la UCA, se encargue de erradicar todos los estudios, investigaciones, monografías, tesis y libros sobre la corrupción, violación de derechos humanos y todo tipo de abusos cometidos por la dictadura entre 2007 y 2023. 

“La dictadura se desvive por controlar el discurso, por manipular la historia y ocultar la verdad. Te apuesto que tratarán de borrar todo vestigio de libro, ensayo o documentos que dan fe de sus desmanes”, advierta la abogada.  

Los temores y los retos profesionales egresados 

Igual piensa un periodista colaborador de un medio digital en Managua, recién egresado y exiliado hace menos de un año en Costa Rica. 

No tengo dudas que podrían anular nuestros registros y anular nuestra titulación, pero a mí me vale… con título o sin título, les seguiré cada abuso y violación que cometen en Nicaragua, cada día, en las redes o donde me toque trabajar, porque no necesito un cartón para hacer periodismo”, exclama por su lado.   

Pero no todos comparten su rabia y tesón. Una colega colaboradora de otro medio digital, desde Managua, dice que sería una catástrofe para ella que le borraran sus registros y le anularan el título, ya que su mayor aspiración es, en 2024, salir del país y sacar una maestría en España

Y sin ese título, se me frustran mis planes, porque yo no veo futuro en este país y lo quiero es prepararme en el extranjero, hacer vida allá y juntar a mi familia fuera de Nicaragua”, dice “Leticia”. 

Si bien ella egresó hace tres años de la UCA, obtuvo su diploma en 2022 y hace gestiones de beca con una institución española.  “Sin ese diploma no tengo futuro, sería comenzar de cero, en otro país y en otras condiciones. Sería horrible solo de imaginarlo”, se lamenta.