El Departamento de Estado de Estados Unidos, rechazó la “narrativa” orteguista que acusó a la embajada americana en Managua de ser responsable de las protestas contra la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua en 2018.
“La comunidad internacional sabe muy bien lo que ocurrió en abril de 2018 a pesar de las narrativas que dicen lo contrario”, comentó en un correo el Departamento de Estado a la Voz de América.
El gobierno estadounidense, afirmó que lo ocurrido en 2018 en realidad fue que todos los sectores de la sociedad, estudiantes, activistas, trabajadores y trabajadoras, periodistas y ciudadanos jóvenes y mayores ejercieron sus derechos fundamentales de reunión pacífica y libre expresión y por esa razón “el régimen Ortega-Murillo y sus partidarios los atacaron, por expresar su descontento”.
Estados Unidos recordó que en febrero de 2024 el Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua reafirmó sus conclusionesanteriores “sobre la responsabilidad de Ortega-Murillo por violaciones y abusos sistemáticos de derechos humanos”.
Añadió que sigue “apoyando al pueblo nicaragüense”.
El jueves 18 de abril, la vicedictadora Rosario Murillo acusó a la Embajada de Estados Unidos en Managua de orquestar las protestas cívicas que estallaron en abril de 2018.
“Hace ya seis años la cizaña pretendían penetrarnos por órdenes expresas de la Embajada Americana y otras comparsas, sectores de la Iglesia católica, sectores de empresarios cobardes y de los heraldos negros que sólo querían y presagiaban muerte, destrucción”, dijo Murillo.
El 18 de abril pasado se cumplió el sexto aniversario de la rebelión popular contra la dictadura Ortega-Murillo que estalló en 2018. En abril de ese año miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas y fallidas reformas al Seguro Social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia de Ortega tras responder con la fuerza.
Las protestas dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).