El cuerpo de Eleazar Blandón, el nicaragüense que murió por un golpe de calor en Murcia, España el 1 de agosto pasado, será sepultado al caer la tarde de hoy en el cementerio municipal de la ciudad de Jinotega.
El cadáver de Blandón llegó ayer por la tarde en un vuelo chárter de repatriación al Aeropuerto Internacional de Managua, ahí fue trasladado a una carroza fúnebre que lo llevó a su natal Jinotega.
La repatriación fue posible por gestiones que hizo el Ministerio de Relaciones Exteriores de España y la Embajada de Nicaragua en Madrid. Según la hermana de Eleazar, Ana, el dinero para el traslado fue aportado por nicaragüenses solidarios y la Alcaldía de Jinotega.
Anoche cuando el féretro llegó a Jinotega, la población a bordo de vehículos realizó un recorrido por las calles de esa ciudad, hasta llegar a la vivienda de la familia de Blandón en el barrio La Curva, donde fue velado.
El mediodía de este viernes el cuerpo de Blandón fue trasladado a una Escuela de Música donde se le realizó un homenaje, luego fue llevado a la Catedral San Juan donde se le hará una misa de cuerpo presente y finalmente será sepultado en el cementerio municipal.
Eleazar Blandón tenía 41 años, dejó a cinco hijos, incluido un bebé de siete meses que ya no pudo conocer en persona.
En España falleció “por estrés térmico” tras trabajar en doble jornada de mañana y tarde recogiendo fruta “a más de 44º sin ningún tipo de protección”.
El nicaragüense se desplomó en plena faena de recolección, pero su patrón no llamó al servicio de ambulancias, que es gratuito, y esperó a que sus compañeros concluyesen la jornada laboral para ser trasladado en la furgoneta que habitualmente utilizan los trabajadores de regreso a casa.
Blandón no tenía papeles, buscaba en España una vida mejor para su familia. Se había involucrado en las manifestaciones contra el régimen de Daniel Ortega y empezó a recibir amenazas.