Nacionales · 07/03/2022

La desolada vela de Roberto Rivas. Ni el régimen de Ortega se ha referido a su fallecimiento

Este lunes circuló en las redes sociales una fotografía de lo que fue la vela del expresidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, Roberto Rivas Reyes, quien falleció la noche del sábado después de cinco meses de hospitalización supuestamente a causa del COVID-19.

En la fotografía se muestra el ataúd de Rivas Reyes en una sala con sillas vacías. En la imagen solo aparecen tres personas, en las que se logra identificar a dos de sus hijos y una mujer de la tercera edad.

Así concluyó su paso por la vida; solo, sin la presencia de amigos con el que despilfarró dinero mal habido, y sin todos sus familiares. Los más cercanos pidieron un funeral lo más privado posible”, escribió el colega David Quintana del portal Boletín Ecológico al compartir la fotografía.

Otro internauta escribió: “Allí queda todo el orgullo… allí se ve la verdadera amistad, lo que representaste en esta tierra, el significado y el legado que dejaste. El dinero no compra sentimientos ni amor, ni compasión, ni lealtad”.

RÉGIMEN GUARDA SILENCIO

Rivas Reyes es acusado de perpetuar a Daniel Ortega en el poder, a través de polémicos y cuestionados procesos electorales; pese a ello, el régimen de Ortega y sus medios oficialistas guardan silencio y no han emitido un pésame o nota luctuosa a como suelen hacer con funcionarios y exfuncionarios que fallecen.

Según medios locales independientes, el expresidente del Poder Electoral permanecía en el Hospital Vivian Pellas, en Managua, desde el mes de octubre pasado por complicaciones respiratorias ocasionadas por el COVID-19.

Rivas Reyes, de 68 años, dirigió el CSE durante 18 años, entre el 2000 y el 2018, era uno de los funcionarios más influyentes y cercanos a Ortega.

En diciembre del 2017, el gobierno norteamericano congeló los bienes de Rivas en Estados Unidos y prohibió a personas naturales y jurídicas estadounidenses realizar transacciones comerciales o financieras con él, lo que acabó con su renuncia del cargo.

En ese entonces, Washington impuso sanciones, amparadas en la Ley Magnitsky, donde lo acusaron de perpetrar fraude electoral en los comicios nicaragüenses. Además, aseguraron de que funcionarios del país habían bloqueado investigaciones judiciales sobre la inmensa fortuna amasada por Rivas Reyes mientras estuvo a la cabeza del CSE.